Deuda interna y posición extranjera
a deuda interna de un país se identifica con el total de valores o títulos de deuda en circulación emitidos en moneda local por residentes de ese país. Se integra por una gran variedad de instrumentos (certificados, bonos, papel comercial, obligaciones) emitidos por instituciones públicas o privadas para captar recursos en el mercado.
Así definida, la deuda interna de México totaliza 5 billones 153 mil millones de pesos al cierre de octubre, cifra 8.3% superior a la de 12 meses atrás (Gráfico 1). De este total en circulación, 4.384 billones (85%) son títulos emitidos por el sector público (gobiernos, organismos y empresas públicas), y 769 mil millones (15%) son títulos del sector privado (bancos, empresas y corporativos).
De los valores emitidos por el sector público (4.384 billones), 66.5% (2.914 billones) corresponden específicamente a deuda gubernamental: del gobierno federal básicamente, estados y municipios, y se considera no autoliquidable, por lo que constituye una enorme masa de recursos prestados, cuya amortización e intereses gravitan directamente sobre las finanzas públicas, que al tener una captación raquítica siempre están en déficit por este concepto.
Inversión extranjera de cartera
Difícil es en verdad tratar de obtener cifras que al gobierno no le interesa transparentar. Tal es el caso de la inversión extranjera que existe en nuestro país, tanto la directa (inversiones con fines productivos) como la IE de cartera o portafolio (inversiones exclusivamente financieras enfocadas al rendimiento o la ganancia especulativa).
A fin de aproximar una cuantificación de la IE de Cartera recurrimos a dos clasificaciones disponibles del Banco de México: la de los valores gubernamentales por tenedor, y la que estima el valor de los títulos de renta variable (básicamente acciones de empresas o títulos respaldados por varias acciones) en poder de no residentes.
Del total de los valores gubernamentales en manos del público, a finales de octubre (2.909 billones de pesos), 538 mil millones (18.5%) es clasificado como tenencia de residentes en el extranjero (Gráfico 2). Monto que se considera subestimado pues, como aclara la nota 1, se toma como residencia del tenedor la del agente que deposita los títulos, y por consiguiente quedan fuera de esta clasificación todas las inversiones de extranjeros realizadas por conducta de agentes residentes en el país.
Estas inversiones de extranjeros en valores gubernamentales se canalizan básicamente a bonos (largo plazo) y a Cetes (corto plazo), con una tendencia reciente de disminución relativa de los primeros y de aumento en los segundos. Hace un año, al cierre del tercer trimestre de 2009, 92.8% de la inversión foránea estaba en bonos y sólo 3.3% en Cetes; en octubre de este año estaba en bonos 83.3% y en Cetes 13.1%. Esto indica una preferencia por la liquidez a corto plazo y eleva la volatilidad de estas inversiones.
Los títulos de renta variable en posesión de extranjeros, según el Banco de México, ascienden a 1 billón 890 mil millones de pesos (Gráfico 3).
Con la limitación de contar únicamente con estos dos elementos: valores gubernamentales (que deja fuera una parte de la inversión de extranjeros) e inversión extranjera en títulos de renta variable, y sin incluir por falta de datos la tenencia extranjera en las cuantiosas emisiones de organismos públicos no gubernamentales ni en las emisiones privadas de deuda, nuestra estimación de la IEC en México es de 2.428 billones de pesos como mínimo y está aumentado aceleradamente (27% en los pasados 12 meses), lo cual nos lleva a las siguientes conclusiones:
a) Dado el carácter especulativo y fuertemente volátil de la IEC, su monto —que en dólares ronda los 190 mil millones como mínimo y representa casi el doble de la Reserva Internacional del país (111 mil millones)— debería limitarse por ley a no más del 50% de dicha Reserva. Recordemos que las severas crisis financieras de las recientes décadas han tenido como detonador las salidas masivas de capitales financieros extranjeros invertidos en el país en montos que las reservas no alcanzan a cubrir.
b) Esta contención es urgente dado el explosivo crecimiento de las inversiones extranjeras en el año anterior (79.8% en valores gubernamentales) y 17.2% en títulos de renta variable (Gráfico 3). Esta fuerte entrada de divisas está presionando una revaluación del peso, que hasta el Banco de México ya considera indeseable (aunque no hace nada por evitarla), y
c) Es urgente también dado el anuncio de que la Reserva Federal de Estados Unidos (el banco central) va a inyectar en los próximos meses 600 mil millones de dólares a la economía comprando bonos en circulación, medida que augura una liquidez inusual que, dada las bajas tasas de interés en el país vecino, muy probablemente derivará en fuertes flujos financieros a invertirse fuera de sus fronteras, siendo México uno de sus destinos lógicos. Una desgracia, pues los capitales golondrinos son nocivos para el país.
(Saúl Herrera Aguilar)
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