La desbandada podría forzar una convocatoria a elecciones anticipadas en Italia: analistas
El premier, incapaz de controlar el déficit fiscal, acusan los funcionarios leales al neofascista
Martes 16 de noviembre de 2010, p. 25
Roma, 15 de noviembre. Cuatro políticos leales al neofascista Gianfranco Fini renunciaron al gabinete del primer ministro de Italia, el derechista Silvio Berlusconi, lo cual precipitó una nueva crisis en el gobierno del magnate de las comunicaciones, que según analistas políticos locales podría desembocar en la convocatoria anticipada a elecciones o en la formación de una administración provisional que concluya en 2013 la gestión iniciada hace dos años.
El ministro de Asuntos Europeos, Andrea Ronchi; el viceministro de Industria, Adolfo Urso, y los subsecretarios de Estado, Antonio Buonfiglio y Roberto Menia, criticaron la pérdida de confianza y la confrontación con el gobierno de Berlusconi, que desde su retorno al poder –por tercera vez en esta década– ha sido incapaz de controlar el déficit fiscal y ha protagonizado varios escándalos derivados de su gusto por las fiestas y sus declaraciones contrarias a la dignidad de las mujeres.
La salida de estos cuatro funcionarios es consecuencia de la reciente separación del pequeño partido Futuro y Libertad para Italia, de la coalición de organizaciones que impulsó el regreso de Berlusconi hace dos años y que a partir de los escándalos del presidente del Consejo de Ministros ha tratado de proyectar una imagen de derecha moderada, con militantes que se pronuncian en favor de la ética y la integridad de los políticos.
Futuro y Libertad para Italia, expulsado en julio pasado de la coalición encabezada por el partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad, está liderado por Fini, actual presidente de la Cámara de Diputados, que desde hace 12 años se alió a las fuerzas que acabaron con décadas de gobiernos democratacristianos, protagonistas de la política italiana desde que entró en vigor la Constitución de la posguerra, en 1949. Fini, de 58 años y antes considerado el delfín del gobernante, ha estado a la cabeza de organizaciones como el Movimiento Social Italiano-Derecha Nacional y Alianza Nacional, de inspiración fascista y nostálgica de la era de Benito Mussolini.
Un quinto miembro del gabinete, Giuseppe Maria Reina, secretario de Estado de Infraestructura y Transporte, miembro de otro pequeño partido, el sicialiano Movimiento por la Autonomía, también dimitió de su cargo con un llamado a la formación de un nuevo gobierno que aplique un programa de reformas financieras.
Berlusconi se ha negado a escuchar las peticiones de sus aliados y de la oposición de izquierda a renunciar a la jefatura de gobierno, mientras que han salido a la luz informaciones sobre su relación con la bailarina de un centro nocturno llamada Ruby –que apenas hace unos días cumplió los 18 años–, cuando se le acusó de robo y el primer ministro salió en su defensa.
Para discutir sobre las posibles salidas a la crisis, Giorgio Napolitano, presidente de Italia, convocó este martes en el Palacio de Quirinale –sede de la jefatura de Estado– a Fini y al líder del Senado, Renato Schifani.
Analistas de la prensa local consideran que la prueba de fuego de Berlusconi estará en los próximos días en el Parlamento. En el Senado, donde Berlusconi mantiene la mayoría, hay una moción a favor, pero en la Cámara de Diputados, donde perdió la mayoría tras el desmoronamiento de la coalición con Fini, la izquierda ya presentó una moción en contra.