De acuerdo con La educación de niños con talento en Iberoamérica, publicación editada por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO, toda persona tiene derecho a recibir una educación que desarrolle al máximo sus capacidades y le permita construir su proyecto de vida.

Según el documento, países latinoamericanos como Argentina, Colombia y Chile reconocieron en su marco legal educativo a las personas sobresalientes hasta la década de los 90, mientras México y Perú lo hicieron formalmente en los años 80, y sólo Brasil, España y Venezuela desde mediados de los 70 incorporaron medidas para la atención de alumnos sobresalientes.

En 1985 se implementó en el país el Modelo de Atención a Niños y Jóvenes con Capacidades y Aptitudes Sobresalientes (CAS). Gabriela de la Torre, responsable de Atención Educativa a niñas, niños y jóvenes con aptitudes sobresalientes y/o talentos específicos del Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa (PFEEIE), impulsado en el sexenio pasado, señala que actualmente se trabaja con un modelo sociocultural para la atención de esta población.

Atendemos la aptitud sobresaliente en las áreas intelectual, creativa, socioafectiva, artística y sicomotriz, no sólo en la parte intelectual, como hacen otros países, dice.

Puntualiza que México trabaja con el concepto aptitudes sobresalientes porque el término superdotado tiene una connotación con un peso muy grande en los niños y les genera angustia.

De la Torre explica que, para la Secretaría de Educación Pública, el alumno con aptitudes sobresalientes es aquel que destaca significativamente de su grupo social y educativo y requiere de un contexto favorecedor para desarrollar su potencial en su beneficio y el de la sociedad.

En el caso del talento, éste se refiere al alumno con ciertas competencias que lo capacitan para desempeñarse exitosamente en un campo específico del actuar humano, como arte o deporte. La detección de estos niños se hace por postulación libre del profesor, previamente capacitado en el reconocimiento de estas habilidades; luego se analizan evidencias y productos tangibles de los alumnos, y se realizan entrevistas a padres de familia y al propio niño.

Para nosotros el alumno con aptitudes sobresalientes no es el que tiene un cociente de 130 o más, sino el que sobresale de su grupo, subraya.

Una vez detectado, se hace un informe y una propuesta curricular adaptada que brinde atención no sólo al área en que tiene potencial, sino también aquella en que tenga necesidades educativas especiales asociadas. Un alumno puede ir muy bien en historia, pero muy mal en matemáticas, o tener un bajo desarrollo emocional que no le permite aprovechar sus cualidades, ejemplifica.

El modelo de atención es el enriquecimiento dentro y fuera del aula, o fuera de la escuela, dependiendo de las necesidades específicas de cada alumno. En el primer caso, se trabaja mediante proyectos con objetivos específicos para que el niño potencialice sus aptitudes y subsane sus carencias en el área que corresponda.

Se engancha al alumno a través de sus intereses, dice De la Torre. El enriquecimiento fuera del aula (pero dentro de la escuela) considera la realización de talleres, excursiones y ferias de ciencia a cargo de padres de familia, docentes o miembros de la comunidad.

En el caso del enriquecimiento fuera de la escuela se firman convenios de colaboración con instituciones que tengan la infraestructura, el interés y los recursos para atender a niños en un tema específico de ciencia, arte o deporte, como dependencias gubernamentales, instituciones académicas o empresas privadas.

De la Torre destaca que actualmente trabajan en incorporar la Acreditación y Promoción Anticipada, fundamentada en el modelo de aceleración. Con esta propuesta que se está piloteando, la idea es que los niños puedan omitir grados escolares. Está dirigido a aquellos para quienes el modelo de enriquecimiento no es suficiente y se enfoca sólo a las aptitudes sobresalientes en el área intelectual En caso de funcionar exitosamente, los niños serán promocionados para el ciclo escolar 2011-2012.

Sobre los recursos económicos destinados a la atención de este sector, Gabriela Tamez, coordinadora nacional del PFEEIE, explica que el programa de Aptitudes Sobresalientes recibe desde 2003 un presupuesto federal, el cual se distribuye entre las entidades de acuerdo con su avance en dicho programa.

Detalla que los recursos se destinan a la capacitación de profesores, los convenios de colaboración para el enriquecimiento fuera de la escuela y el equipamiento tecnológico, didáctico y bibliográfico para los planteles escolares. El presupuesto lo aplica cada entidad de acuerdo con su criterio. Sin embargo, Telegenio advierte que la atención a esa población en el país no es suficiente.

Según la propuesta de presupuesto para la educación de niños y jóvenes con aptitudes sobresalientes en México, que la organización envió en julio a la Cámara de Diputados, el presupuesto que países como Holanda o España invierten en proyectos que impulsen las habilidades de la población de alto desempeño escolar, es más de dos veces lo destinado en México (poco más de 115 millones de pesos para 2010), aun cuando la potencial población en nuestro país es mayor que en esas naciones.