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La banda española Mägo de Oz llenó el recinto de Reforma la noche del lunes

El metal, tan digno de estar en el Auditorio como Luis Miguel

Somos gente educada y tenemos todo el derecho al igual que los pinches fresas, dice Txus Di Fellatio

El apoteósico final del concierto llegó con Fiesta pagana, que todos corearon

 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de noviembre de 2010, p. 9

Unas 10 mil personas de un Auditorio Nacional repleto brincaron, con un brazo alzado, moviéndose al unísono, y gritaron las canciones como si se les fuera la vida en ello. Cantaron de principio a fin las piezas de Mägo de Oz, banda española que combina el sonido del rock pesado con el folk, e interpreta letras como bebe, danza, sueña, siente que el viento ha sido hecho para ti, el mar escupía un lamento, tan tenue que nadie oyó (sobre los derrames petroleros) y Padre nuestro, ciego, sordo y desocupado, ¿por qué nos has abandonado?

El apoteósico final del concierto llegó con la canción Fiesta pagana, que todos corearon: De la misma condición no es el pueblo ni un señor, ellos tienen el credo, y nosotros nuestro sudor.

Txus Di Fellatio, baterista y fundador del grupo, dijo que felicitaba a los presentes por su bicentenario: México no es prisionero de ningún país, y por ser ejemplo de que el metal es tan digno de tocar aquí como Luis Miguel. Siguió: Somos gente educada y tenemos todo el derecho de estar en el Auditorio, igual que los pinches fresas.

A lo cual el público respondió a una sola voz: uh-uh-uh-uh.

Respuesta al llamado del grupo

Metaleros, pero que hicieron el camarón más grande del mundo. El vocalista José Andrëa contó que había un programa en la televisión española que busca el camarón más grande. Dijo que ahí se haría, y les pidió a todos que voltearan hacia su lado izquierdo, alzaran los brazos extendidos y bajaran y subieran la mitad superior de su cuerpo como si hicieran plegarias. Así que 10 mil personas lo hicieron.

La corista, Patricia, filmó la escena.

A ella, por cierto, le tocó el mayor canto cumpleañero que seguramente va a tener en su vida. El vocalista anunció que era su cumpleaños y el Auditorio entero le cantó las mañanitas.

El mensaje ecológico de la banda estuvo presente desde el arranque del concierto, con una voz que declaraba: Se calcula que las hormigas de la Tierra pesan lo mismo que la humanidad. Si desaparecieran, se produciría un fenómeno ligado a la extinción mucho más dramático que el meteorito que acabó con los dinosaurios. En cambio, si se extinguiera la especie humana, en términos ecológicos no pasaría nada. Las personas no aportamos ya nada a los ecosistemas, sólo gastamos. Somos los más grandes consumidores, y, sin embargo, nadie nos consume. ¿O sí?

Foto
La banda de metal folkFoto Fernando Moguel

Es el mensaje con el que da inicio el disco Atlantia (2010), la última producción de su trilogía Gaia.

Mientras lo escuchaban el público alzaba la mano y hacía la señal de cuernos.

Luego el baterista mostró una bandera mexicana y la besó.

No fue la única muestra de mexicanismo. Acercándose al final del concierto, tocaron Y ahora voy a salir, ranchera roquera inspirada en nuestro país. En el coro se escuchó: Y ahora voy a salir, a beber a los bares, para olvidarme de ti, y volver a vivir, y pasarla bien padre. De fondo, en la pantalla, estaba la imagen de una bandera. Al final de la pieza, los músicos se fueron hacia el frente del escenario y bailaron de un lado hacia el otro, como ratones vaqueros.

Entre el público, muchos traían sombreros de brujas, como de la malvada del Oeste, la cual proyectaron en la pantalla detrás de la banda: una bruja de caricatura, de piel verde, tocando el violín, que es una de las imágenes que usa la banda. Otros portaban paliacates, como piratas. Muchos adolescentes y hasta menores iban acompañados por sus padres. Tres jóvenes se mecían, abrazados, mientras cantaban: Vente con nosotros, y no mires atrás, estamos juntos hasta el fin.

Exaltados himnos a la libertad

Muchas de sus canciones suenan como exaltados himnos, a la libertad, o simplemente a la fiesta. La música del violín y la flauta da paso a los coros, que ascienden, triunfantes.

El vocalista contó que al despertar lo único que necesita es un café y una mujer. Dijo que la balada que estaban a punto de interpretar, Siempre, estaba originalmente dedicada a alguien más, pero que la quería dedicar a la mujer más bella que existe, que fue expulsada del Olimpo y se convirtió en país: México.

También hubo una pieza dedicada a la diversidad sexual. A ustedes, como a nosotros, no les importa el qué dirán. Son tolerantes porque lo que importa es éste, dijo el vocalista, mientras se señalaba el corazón.

Tras el encore, la banda interpretó tres piezas, entre ellas una versión en español de Dust In The Wind y, como era la primera de dos fechas en el Auditorio (los días 15 y 16), invitó: Nos encantaría que mañana estuvieran aquí.

La banda española Sôbe fue el grupo abridor de Mägo de Oz.