En una reunión en las oficinas del gobierno de Sinaloa, la empresa Coppel se comprometió a indemnizar a los deudos de las seis empleadas que murieron durante el incendio de la sucursal Hidalgo de esa cadena comercial en Culiacán, informó la diputada local Yudit del Rincón.

Coppel, dijo, pagará los estudios desde educación básica hasta profesional de los nueve huérfanos, dará viviendas a las familias de las seis fallecidas en caso de que no tengan y ampliará los inmuebles que sean de su propiedad; seguirá pagando a los deudos los sueldos de las occisas durante 10 años, les brindará seguros de gastos médicos mayores y ascenderá a dos trabajadoras que son hermanas de una de las víctimas.

Estoy sorprendida de la disposición. En lugar de resistencias encontramos voluntad, señaló la legisladora panista.

En las negociaciones participaron abogados y gerentes de Coppel, además de Joel Hernández Niño, director de Gobierno; Margarita Urías, presidenta del Instituto Sinaloense de las Mujeres; Teresa Guerra Ochoa y Alba Portillo, de Mujeres Sinaloenses en Acción.

En su sesión de este martes, la Diputación Permanente del Congreso local acordó apoyar a las familias de las empleadas que murieron y exigir a la Procuraduría General de Justicia del Estado una investigación a fondo y castigo a los responsables de la tragedia, informó Juan Manuel Figueroa Fuentes, del Partido de la Revolución Democrática, quien demandó al gobernador priísta Jesús Agular Padilla salir del conjunto residencial La Primavera, propiedad de Agustín y Enrique Coppel Luken, para que se garantice la imparcialidad de las investigaciones.

En la capital de Querétaro, ex trabajadores de la tienda Coppel de Plaza Sendero denunciaron que la empresa no tiene personal de vigilancia y no hay día que no se pierdan artículos tan grandes como colchones.

Cada trabajador debe vender al día 56 mil pesos en días hábiles y 120 mil los fines de semana o festivos. Sin embargo, en los inventarios bimestrales siempre hay faltantes. En un día se llegaron a perder 100 artículos. Toda esa mercancía es descontada a los trabajadores por nómina o en pagos semanales.

Muchos prefieren renunciar que pagar, pero no siempre lo logran, pues los obligan a permanecer hasta que salden su deuda o los hacen firmar pagarés en blanco.