Con el aval de todas las fuerzas políticas, el Senado pidió a la Procuraduría General de la República (PGR) un informe detallado de las investigaciones sobre la explosión ocurrida en la mina Pasta de Conchos, y por qué a cuatro años de la tragedia en la mina de carbón no se han rescatado los cuerpos.

En el punto de acuerdo aprobado ayer, el Senado requirió al gobierno federal que precise el estado actual que guarda la mina y si se revocó el permiso para seguir explotando ese yacimiento a la empresa Minera México.

Se advierte en las consideraciones del dictamen que el proponente indica que las autoridades federales encabezadas por Vicente Fox solamente ocultaron su incapacidad y buscaron borrar de la memoria de los mexicanos su actuación en relación con este lamentable suceso. Se obstruyó la impartición de justicia y se impidió castigar a los responsables del trágico accidente.

La comisión dictaminadora consideró que a cuatro años de la tragedia no se conocen con precisión y detalle los avances de la investigación, y tampoco nada se sabe de la situación del posible rescate de los cuerpos de los trabajadores que quedaron sepultados en la mina.

Ricardo Monreal, coordinador de los senadores del PT, quien propuso el punto, dijo en tribuna que hace un mes fuimos testigos de un acontecimiento que le dio la vuelta al mundo: el rescate en la mina de San José en el desierto de Atacama, en Chile, donde fueron rescatados 33 mineros que estuvieron atrapados 69 días.

Ese rescate histórico a escala mundial, subrayó el petista, contrastó totalmente con lo acontecido en México el 18 de febrero de 2006, cuando en la mina Pasta de Conchos quedaron atrapados y sepultados 65 mineros, y donde eventual y trágicamente murieron.

Recordó Monreal que en aquella ocasión el gobierno federal de manera fulminante y directa asumió una postura lapidaria, pues dijo que no había posibilidades de que hubieran sobrevivido los trabajadores en ese accidente o en esa situación lamentable y selló la sepultura de los mineros ahí caídos.

En Chile, abundó el senador Monreal, los mineros estaban atrapados a 700 metros; en Pasta de Conchos estaban a 150 metros. Por lo tanto, al ver y recobrar la memoria y las imágenes del rescate de los trabajadores chilenos, sin duda fue un motivo de júbilo para ese país y para el mundo, pero para las autoridades mexicanas debió de haber sido un timbre de vergüenza y pena.

Allá, subrayó Monreal, gobierno y empresarios se unieron para salvar a los mineros atrapados, no incurrieron en negligencia política ni criminal, no eludieron su responsabilidad básica de todo gobierno democrático ni los empresarios, en una actitud a favor de la vida humana.