Los pelotones de Arpaio
Farándula política
Narco y migrantes
Sicarios y vengadores
s una invasión nada silenciosa. Una diaria tarea que divide, confunde, agrede y desestabiliza. El Estado fallido tan anunciado por los estudiosos gringos –a tal grado que mandaron de embajador a un especialista en esos fracasos– está cada vez más delineado, listo para intervenciones abiertas, tutelajes confesos, manipulación sin falsos pudores. La amenaza no proviene nada más de la Iniciativa Mérida, que es el sabido caballo de Troya, ni de las oficinas binacionales instaladas en el Paseo de la Reforma a cuenta de esas tareas meritanas que en realidad son una puerta abierta al espionaje estadunidense. Es el hecho de que la crisis nacional, sobre todo su expresión bélica en las calles a propósito del narcotráfico, ha sido tomada por el poder gringo como justificación para asumir a México como un problema de seguridad nacional de la potencia necesitada de más flancos de batalla, es decir, como un asunto que de manera natural autoriza al presunto amenazado a tomar medidas enérgicas de defensa que pasen por el control del ente desquiciado.
Allí está, por ejemplo, Michele Leonhart, la administradora interina de la DEA, que ayer dijo ante un comité senatorial estadunidense que entre sus planes está expandir la alianza
con México, entendido esto como una mayor participación de las fuerzas extranjeras en las acciones locales contra las drogas. A su vez, quien fue zar de la materia en el vecino país, Barry Mc Caffrey, se aventó la puntada de vaticinar en una conferencia en El Paso, Texas, que la lucha
contra el narcotráfico puede continuar durante 20 años, pero no hay manera de que nosotros, Estados Unidos y México, no ganemos esto
.
Farándula política tragicómica: Felipe el travieso presume sus juguetes bélicos reunidos bajo tierra, en supersecreto búnker tecnológico que el pinolero de los 30 mil muertos (hasta ahora) hizo diseñar y equipar en remembranza de la serie televisiva estadunidense 24 que tanto le gusta, mientras en Arizona el mediático sheriff Joe Arpaio anuncia la creación de pelotones de ciudadanos que de manera voluntaria enfrentarán a los migrantes indocumentados, enrolados en esa fuerza ciudadana algunos personajes del mundillo de la violencia de cine y televisión, como Steven Seagal, Lou Ferrigno (conocido por El increíble Hulk) y Peter Lupus (Misión imposible), quienes forman parte de la primera remesa (56 personas) dispuestas a suplir las restricciones presupuestales que podrían haber reducido el grado de persecución a migrantes. Según Arpaio, hay alrededor de tres mil ciudadanos dispuestos a participar en estos pelotones sin sueldo.
Del lado mexicano no hay voluntarismo ciudadano a favor del gobierno. El comandante Calderón solamente muestra ferocidad en relación con sus presuntos gobernados y la Secretaría de Relaciones Exteriores lucha más por convencer a los nacionales de que sigue existiendo que por confrontar civilizadamente las agresiones verbales provenientes del exterior. Por ejemplo, la SRE se niega a protestar por la insistencia vecina de que en México hay una narcoinsurgencia. Dice la diplomacia mexicana que no hay una postura oficial que exprese tal término, a pesar de que Hillary Clinton así lo ha advertido y que un reciente documento de un Instituto de Estudios sobre Seguridad Estratégica, dependiente de la Armada estadunidense, así lo ha hecho saber al Ejército entero.
Resulta significativo, en cambio, que al difundirse ayer en Twitter la noticia de los comandos de Arizona con actores conocidos se produjera una mayoritaria corriente de opiniones deseosas de que la defensa de los paisanos en peligro la emprendieran… los cárteles mexicanos (que, según información difundida ayer, ya tienen presencia en 230 ciudades de Estados Unidos y Canadá y en cuando menos 19 países, al grado de extender una suerte de franquicias en algunos lugares). A falta de mejores instancias, la violencia extrema de algunas de esas organizaciones criminales era presentada en el ágora internética como opción a la criminalidad institucional de Arpaio y compañía.
Astillas
Los trabajadores en resistencia del Sindicato Mexicano de Electricistas pretenden instalarse en plantón el próximo viernes en el Zócalo capitalino, un día antes del desfile militar con que Felipe Calderón hará como que homenajea el centenario de la Revolución Mexicana. Es una apuesta arriesgada, pero no les queda a esos despedidos un catálogo amplio de opciones, cerradas como les han sido las puertas del diálogo y la negociación una y otra vez. Calculadamente diluido el espíritu de celebración revolucionaria, convertida la fecha en un proceso burocrático al que se debe dar trámite opaco, desbastado el material de evocación insurreccional, el calderonismo no debería dejarse llevar por las tentaciones autoritarias este 20 de noviembre y sí, en cambio, permitir la libre expresión de un gremio que sigue resistiendo… Marcelo Ebrard ha dado un dato que merece ser recordado: 10 por ciento de los mexicanos tienen 40 por ciento de la riqueza y no aportan al PIB ni 6 por ciento. El señalamiento fue hecho en el contexto de la reunión de alcaldes de diversas partes del mundo que el gobernante de la capital mexicana se ha organizado como parte de su promoción futurista… El otro contendiente por la postulación izquierdista
de 2012, Andrés Manuel López Obrador, prepara por su parte la recordación cívica de lo sucedido cien años atrás. La reunión será en el Hemiciclo a Juárez este sábado… Y, mientras el favorito del calderonismo, el diputado Roberto Gil, ha obtenido confirmación judicial de su derecho a participar en la renovación del mando nacional panista, con lo que se reducen las esperanzas del maltratado Gustavo Madero, a quien se hizo creer que era el bueno
, ¡hasta mañana, con la Suprema Corta autorizando al Servicio de Administración Tributaria a proporcionar información de morosos a los burós de crédito!
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