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Seguros, los trasplantes renales a enfermos de sida
 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de noviembre de 2010, p. 3

Boston, 18 de noviembre. Las personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) pueden recibir un trasplante renal de manera segura, informaron investigadores.

El hallazgo, publicado el jueves en New England Journal of Medicine, es una buena noticia para las personas con el VIH, que son más propensas a la enfermedad renal, en parte por los fármacos que deben tomar para mantener controlado al virus.

Antes de que los cócteles de medicamentos convirtieran al VIH de una sentencia de muerte a una enfermedad crónica, los pacientes no podían recibir un trasplante de riñón, pero ahora sí.

La supervivencia del paciente y del injerto es realmente bastante buena y se aproxima a la de la población general, dijo el doctor Peter Stock, de la Universidad de California en San Francisco, quien dirigió el estudio.

Tasa de rechazo

Con todo, las noticias no son todas buenas. Las tasas de rechazo fueron entre dos y tres veces mayores de lo normal, lo que sorprendió a Stock.

No fueron tan drásticos y pudimos revertirlos, indicó el experto. Aunque sabemos que cada episodio de rechazo le quita un poco de vida al riñón, por lo que en vez de durar 20 años, podría durar 15. Por eso es tan importante resolver el problema, añadió.

El equipo de Stock estudió a 150 pacientes con sida tratados en 19 centros médicos de Estados Unidos.

Los pacientes, que fueron seguidos durante tres años después de sus trasplantes, tuvieron una tasa de supervivencia anual de entre 88 y 95 por ciento en un periodo de tres años.

Noventa por ciento de los riñones funcionaban después de un año y 74 por ciento seguía en marcha a los tres años. Esas tasas de éxito se encuentran entre lo que se esperaría para todos los receptores y los mayores de 65 años.

Once de los 150 pacientes murieron. Las muertes fueron causadas por problemas cardiacos, cáncer de riñón anterior e infecciones bacterianas pulmonares.

Stock dijo que no había evidencia de que el proceso de trasplante provocara el resurgimiento del virus del sida, aunque inicialmente el número de glóbulos blancos protectores decae.