El temor se impuso entre las más de 800 personas inscritos para participar en la subasta de joyas y relojes decomisados a los cárteles de la droga en México. Bastaron unos 30 segundos para que se declarara desierta la puja por el anillo más emblemático del remate, con precio de salida de un millón 400 mil pesos. No hubo postor.

La extravagante pieza es un anillo de estilo conservador, con montura de seis uñas en oro amarillo de 18 kilates y peso total de 16 gramos, centro de diamante blanco y 32 de corte brillante completo, de 0.64 kilates, aproximadamente.

No obstante que había siete personas interesadas en la joya, nadie levantó la paleta para presentar su postura.

En la segunda ronda, realizada tres horas después, volvió a salir esa pieza, que además tiene incrustados 16 diamantes de corte trapecio, color amarillo K, de aproximadamente 0.80 kilates.

A las 16:30 horas, después del insistente ofrecimiento del martillero –profesional que ofrece los bienes desde un atril–, que duró unos 30 segundos, de nuevo se declaró desierta la subasta.

El anillo, que con facilidad duplica su valor de salida, se mantendrá en la bóveda de un banco hasta que se publique una nueva convocatoria para otra subasta, sin que se modifique su precio de salida: un millón 400 mil pesos.

Protección a compradores

El remate de joyas y relojes de lujo no fue una compraventa organizada por casas internacionales como Sotheby’s o Christies, sino la primera gran subasta pública del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) de activos incautados al crimen organizado y a contrabandistas, entre otros.

A diferencia de las almonedas que organizan las casas globales, la procedencia de los bienes se mantiene en secreto para proteger a los compradores, explicaron funcionarios del SAE.

La subasta de joyas, helicópteros, autos de lujo y avionetas, entre otros bienes, comenzó este jueves a las 10:09 horas en el salón Independencia del hotel María Isabel Sheraton, y concluyó con una recaudación de 17 millones 329 mil pesos.

Se remataron 180 lotes de relojes finos y joyas.

En la subasta de bienes incautados al crimen organizado, otrora testigos mudos del suntuoso nivel de vida de algunos narcotraficantes y contrabandistas, se ofrecieron relojes de marcas prestigiadas, como Rolex, Hublot, A. Lange & Söhne, Girard-Perregaux, Ulysse Nardin, Graham, Franck Müller, Jaeger-LeCoultre, Roger Dubuis; Tag Heuer y Baume & Mercier.

Los relojes, manufacturados con materiales como acero; oro amarillo, rosa o blanco, y aluminio, con pedrería fina, tuvieron precios de salida que oscilaron desde 10 mil y 20 mil pesos hasta 360 mil.

Uno de los relojes que causaran más expectación entre participantes y funcionarios fue el identificado con el lote número 75, de marca Audemars Piguet, modelo Royal Oak, con caja de oro rosado, cuyo precio base de venta fue 520 mil pesos.

La puja por esta pieza fue intensa entre varios postores y el martilleo fue constante, acompañado de pujas y el alza de ofertas y paletas, hasta alcanzar un precio de venta de 880 mil pesos, lo que provocó el aplauso de los asistentes. El ganador fue el poseedor de la paleta número 346.

Otras muestras extravagantes, testigos mudos del poder económico de sus propietarios originales, fueron los relojes clasificados con los lotes 98 y 99, cuya peculiaridad es que tienen calaveras en la carátula. Los precios que alcanzaron estas piezas fueron de 100 mil y 85 mil pesos, respectivamente, obtenidos por el poseedor de la paleta 43.

Hubo otras piezas de joyería y relojes finos parecidos a los que le decomisaron a Sandra Ávila, que podrían pertenecer a la llamada Reina del Pacífico, como reconoció el director del SAE, Sergio Hidalgo Monroy Portilla.

Sin embargo, Sandra Ávila, de quien se dice fue la mujer en la que se inspiró el escritor Arturo Pérez Reverte para crear el personaje de Teresa Mendoza Chávez, La reina del Sur, debe estar más preocupada por evitar su extradición a Estados Unidos que por recuperar sus relojes Chopard, Piaget, Cartier y Bvlgari.

Reparto equitativo

Del monto total que se obtenga en la subasta, que durará dos días, 33.3 por ciento se destinará a la Procuraduría General de la República para impulsar programas de capacitación de los agentes del Ministerio Público Federal; otro tanto a la Judicatura Federal, que se empleará en la capacitación de jueces, y 33.3 por ciento a la Secretaría de Salud, con la finalidad de que aplique programas de prevención y rehabilitación de adicciones.

La entrega de bienes a los postores que ganaron se realizará el 26 de noviembre de 2010 en diversos puntos de la República.

Los funcionarios explicaron que el proceso de depósito de garantías y pagos se realiza mediante el sistema bancario, que será el filtro para evitar que los recursos sean de procedencia ilícita.

En la subasta estuvieron presentes el subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, José Antonio González; el director de coordinación y vigilancia del Instituto Federal de Acceso a la Información, José Luis Marzal; Antonio Sosa, notario público 163, así como representantes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, entre otros.