La conmemoración del movimiento se convirtió en celebración de trámite, reprocha el PRD
Viernes 19 de noviembre de 2010, p. 13
La conmemoración del inicio de la Revolución Mexicana provocó entre las bancadas de la Cámara de Diputados posturas encontradas: de rechazo y respaldo a los postulados del movimiento social.
Así, el tricolor aseguró que se conserva la estructura institucional, pero urge la convocatoria a la unidad nacional.
En contraste, el Partido Acción Nacional (PAN) reprochó que justo cuando se requiere una nueva Constitución, la clase política no se encuentre dispuesta a apostar por ese documento.
Los diputados celebraron ayer una sesión solemne por el centenario de la Revolución. No lo hicieron el 20 de noviembre porque será sábado, y los órganos directivos en San Lázaro previeron una reducida asistencia para ese día.
Ayer se alcanzó quórum con apenas 279 asistentes, de un total de 500 diputados.
La panista Adriana Fuentes presentó a la mesa directiva la propuesta de inscribir en los muros de honor del recinto los nombres de Adelita o Valentina, genéricos de las revolucionarias.
El legislador de Convergencia Pedro Jiménez aseveró que en la coyuntura actual el Estado ya no representa a los ciudadanos.
No puede mantener el pacto y la unidad nacionales porque se ha vaciado de sus principios de justicia, legalidad y nacionalismo. Un Estado que equipara fomento y desarrollo económico con la subasta del patrimonio público y de los recursos propiedad de la nación al capital internacional no nos puede representar.
El petista Pedro Vázquez advirtió que el movimiento en defensa de la economía popular, el petróleo y la soberanía se organiza en torno al compañero Andrés Manuel López Obrador para evitar que la riqueza nacional sea entregada a agentes económicos privados. Nos comprometemos a que el petróleo y todas las demás áreas estratégicas de la economía nacional sigan siendo propiedad del pueblo de México
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Por la bancada perredista, Juventino Castro y Castro refirió que México es pionero en el reconocimiento constitucional de los derechos sociales como garantías de sus habitantes.
Lamentablemente esta conmemoración de la Revolución Mexicana ha perdido importancia, pues se ha convertido en una celebración de trámite. Mientras el constitucionalismo de todos los demás países hacía radicar sus fundamentos esenciales en los derechos individuales, de acuerdo con la época liberal, los mexicanos ya manejábamos y aplicábamos los derechos sociales.
Con dureza, Javier Corral Jurado (PAN) reprochó la inmovilidad a modo de los políticos. Una nueva Constitución hubiera sido una celebración de lujo en este año de celebraciones centenarias, pero a esa ilusión se le antepone una realidad. No se vislumbra ni para hoy ni para los siguientes años una clase política que esté dispuesta a agotarse con sus propias reformas. Seguimos en el inmediatismo electoral.
El priísta Francisco Rojas Gutiérrez consideró que la Revolución ha armonizado principios, valores y demandas que están en la raíz diversa del pueblo y fueron el germen del México moderno.
La Revolución es la gran reserva doctrinaria y política para enfrentar las adversidades de nuestro tiempo y salir más fuertes, más justos y más unidos.
Apuntó que sin justicia social la libertad es una ficción, es palabra hueca, es adorno para el discurso, pero sin el ejercicio pleno de las libertades tampoco es viable la justicia social
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Al concluir, una vez más, la mayoría de los diputados federales dieron muestra de desconocer las estrofas completas del Himno Nacional, a pesar de que el presidente de la mesa directiva, Jorge Carlos Ramírez Marín, desde hace dos meses ordenó distribuir hojas impresas con la letra.