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Para la gente común, la droga está asociada al triunfo y a las elites: observatorio europeo

Engañosa, la imagen de glamur de la cocaína entre la farándula

Casos como el de Amy Winehouse o Lindsay Loham ocultan la mortalidad creciente

Estudio anual de la OEDT registra aumento en el consumo por jóvenes entre 15 y 34 años

 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de noviembre de 2010, p. 9

París, 20 de noviembre. La engañosa imagen glamorosa de la cocaína, basada en los excesos de la cantante Amy Winehouse o de la actriz Lindsay Lohan, puede ocultar que esta droga cada vez más mortífera causa estragos en todos los ámbitos sociales, según un informe presentado a mediados de este mes.

Para el director del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), que publicó el informe anual, Wolfgang Götz, la cocaína tiene un problema de imagen: para el común de los mortales está siempre asociada a la celebridad y al triunfo en sociedad.

Esto ya no es verdad, pues desde el año 2000, a partir de grupos bien integrados socialmente, se ha extendido hacia sectores marginales, indicó.

El informe anual de la OEDT muestra que en Europa la cocaína es la segunda droga ilícita después de la marihuana.

Según Paul Griffiths, director científico de la OEDT, hay en el continente 14 millones de adictos desde que se creó el organismo, cuatro millones sólo durante el último año, de los cuales tres millones tienen entre 15 y 34 años, sobre todo en países de Europa occidental.

Aumentan casos de mortandad

Por primera vez, la OEDT dispone de cifras de mortalidad relacionadas con la cocaína: en 2008, unas mil muertes se registraron en 15 países, pero están subvaluadas, insistió Griffiths.

El lugar donde más se consume cocaína es España; también se ha registrado un aumento notable de muertes entre 2002 y 2007. En el Reino Unido, el número de fallecimientos se duplicó entre 2003 y 2008.

No olvidemos que la cocaína es la primera causa de muerte por drogas ilícitas en Estados Unidos, sobre la heroína, agregó William Lowenstein, director de una clínica especializada en la adicción de los alrededores de París.

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La actriz Linday Lohan, en imagen de archivo, se ha visto envuelta en diversos escándalos por consumo de drogas y alcohol. También ha estado en prisión por este motivoFoto Ap

Se investiga poco sobre la posible incidencia de la cocaína en casos de accidentes vascular-cerebrales (AVC), crisis de epilepsia, alteraciones del ritmo cardíaco, infartos del miocardio e insuficiencias renales agudas. Y por supuesto en las autopsias, pero esas patologías son mortales, precisó Lowenstein.

Según la literatura científica estudiada por la OEDT, la mayoría de las muertes relacionadas con la toxicomanía son causadas por AVC o accidentes cardiovasculares; tales decesos no dependen de la dosis y pueden ocurrir en personas que consumen la droga ocasionalmente o en pequeñas cantidades.

Por otra parte, al observatorio le preocupa la diversificación de los elementos destinados a cortar que se añaden a la cocaína en polvo.

Además de las sustancias llamadas inertes como el azúcar o el almidón se utilizan numerosos adulterantes activos como analgésicos (paracetamol), anestésicos locales y antihistamínicos.

A esta larga lista se agregan la levamisola, un antiparasitario muy utilizado en la ganadería bovina de América Latina (región de producción de la cocaína), cuya utilización prolongada y en dosis elevadas puede provocar efectos secundarios inquietantes, y la fenacetina, un analgésico tóxico para los riñones, disponible por medio de Internet precisó Paul Griffiths.

Por último, insiste William Lowenstein, “en 95 por ciento de los casos, el solo uso de la cocaína es casi imposible, pues produce tal grado de excitación que hay que atenuarla para bajarse o simplemente poder dormir mediante alcohol, marihuana, opiáceos o somníferos”.

Es urgente entonces difundir los mensajes esenciales: la cocaína es una droga que puede provocar dependencia y que puede matar, y adaptar las estructuras de atención muy centradas hacia los opiáceos, concluyó Lowenstein.