Entre todas las disciplinas de la ciencia, sólo la astronomía tiene una inspiración de tipo poético.

Arcadio Poveda Ricalde, investigador del Instituto de Astronomía (IA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expresa: Los astrónomos somos los únicos científicos que tenemos musa: Urania.

Con motivo de los 80 años de vida de este investigador emérito, la máxima casa de estudios del país le rindió un homenaje. Poveda ha sido reconocido en México y el resto del mundo por trabajos en diversos temas astronómicos, como la evolución estelar.

Pero Urania no es la única inspiración del ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 1975. Tengo otras dos musas: la UNAM y mi esposa, dijo el también miembro emérito del Sistema Nacional de Investigadores.

En 1949 un estudiante yucateco de la Universidad Nacional llegó al Observatorio de Tacubaya con el deseo de estudiar astronomía. Mostró ser muy talentoso y un par de años después emigró a California para realizar un posgrado en la materia. Este joven era Arcadio Poveda, quien nació el 15 de julio de 1930 en Mérida.

Realizó estudios profesionales en la Facultad de Ciencias de la UNAM, entre 1948 y 1951.

De 1951 a 1956 cursó un doctorado en la Universidad de California, en Berkeley. Regresó a México para convertirse en el primer astrónomo del país con formación científica formal. Años después se ganó el reconocimiento (en el país y el mundo) de ser uno de los más destacados científicos mundiales en su área.

Uno de sus trabajos centrales ha sido el método para calcular la masa de las galaxias esféricas y elipsoidales, aplicación que lo llevó a descubrir una relación entre la masa de un sistema estelar y su luminosidad total.

Amigos, ex alumnos y estudiantes hablaron de las diversas facetas de Poveda: investigador, mentor, maestro, divulgador, gestor e inspirador. El astrónomo también ha estudiado los dos extremos de la evolución estelar: el nacimiento y muerte de las estrellas. Sus trabajos sobre el surgimiento de estos cuerpos celestes han sido punto de partida para todo el campo de la cosmogonía estelar infrarroja.

El investigador Arcadio Poveda con el rector José Narro, durante el homenaje realizado en la UNAMFoto Marco Peláez

Pero, sin duda, uno de sus máximos logros –como director del Instituto de Astronomía– fue impulsar la construcción del Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir, en Baja California, inaugurado a finales de la década de los 70.

El 15 de septiembre de 1985 Poveda encabezó a un grupo de funcionarios universitarios, entre ellos el actual rector José Narro, en una visita a la sierra de San Pedro Mártir para que conocieran el esfuerzo que hacíamos. Eran años difíciles, en 1985 la economía del país estaba por los suelos y había que hacer todas las antesalas necesarias para conseguir recursos, recordó.

Los astrónomos, señaló, también son capaces de llenar el Zócalo o alguna otra plaza pública del país para que la gente observe eclipses solares o de Luna, lluvias de estrellas y otros fenómenos del universo.

Arcadio es representativo de lo mejor que tiene la universidad. Es uno de los grandes universitarios de la segunda mitad del siglo XX y, sin duda, de varias décadas del siglo XXI. Es de esos profesores que no sólo se para frente al pizarrón, sino que inspira y compromete a los demás, un gran divulgador e investigador. Estamos seguros de que seguiremos contando con tu presencia, inspiración y compromiso con la UNAM y su comunidad.

Poveda ha recibido los premios de la Academia de la Investigación Científica y Nacional de Ciencias y Artes, así como la medalla Eligio Ancona del gobierno de Yucatán. Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Yucatán, el Centro de Investigaciones en Óptica y por la UNAM.