Es un error de traducción, dicen en Roma
El yerro no cambia sustancia del razonamiento
Afirmaciones causan revuelo en diarios e Internet
El Papa quería salir de lo habitual: vaticanista
Martes 23 de noviembre de 2010, p. 2
Ciudad del vaticano, 22 de noviembre El texto original –en alemán– del libro-entrevista de Benedicto XVI, en el que justifica en algunos casos
el uso del preservativo, habla de prostituto
y no de prostituta
, como se tradujo por error en la versión italiana, según fuentes eclesiásticas.
En el ejemplar alemán, aprobado por el pontífice, el jefe de la Iglesia católica considera que en algunos casos
el uso del condón está justificado y pone de ejemplo cuando un prostituto utiliza un profiláctico
.
Ello puede ser el primer paso hacia la moralización, un primer acto de responsabilidad, consciente de que no todo está permitido y no se puede hacer todo lo que uno quiere. Sin embargo, ésa no puede ser la verdadera manera para vencer el VIH/sida. Es necesaria una humanización de la sexualidad
, agregó Benedicto XVI durante las conversaciones con el escritor alemán Peter Seewad, publicadas en el libro La luz del mundo.
Según las mismas fuentes, el error en la traducción al italiano, algunos de cuyos fragmentos fueron adelantados el sábado por el diario del Vaticano, L’ Osservatore Romano, se debió a motivos de rapidez
y será corregido en ediciones próximas.
Para el diario Il Corriere della Sera, que cita fuentes del Vaticano, el error no cambia la sustancia
del razonamiento sobre los casos específicos
en que se justifica el empleo del preservativo. En el Vaticano dicen que se trata en ambos casos, prostituto o prostituta, del uso del profiláctico para evitar el riesgo de infección en una relación sexual que de hecho es desordenada
, escribe el vaticanista Luigi Accatoli, invitado el martes a presentar el texto.
El error de traducción suscitó una ola de comentarios en blogs y páginas de Internet, pues los internautas se interrogan sobre las razones por las que el Papa puso de ejemplo un prostituto, minoría en el ejercicio de esa actividad.
Todo indica que Benedicto XVI quería salir de la casuística habitual: la pareja casada con un miembro contagiado, un sujeto incapaz de evitar relaciones promiscuas, una prostituta que puede ser el elemento que contagia a los clientes
, comentó Accatoli.