Sociedad y Justicia
Ver día anteriorMartes 23 de noviembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Según Ratzinger, se abordaron con retraso, pues hasta el año 2000 tuvimos asideros

Reconoce el Papa lentitud para atender denuncias contra Maciel

El Vaticano recibió oficialmente las acusaciones de las víctimas en 1998, mientras el proceso en contra de quien califica de falso profeta comenzó en 2005 y concluyó al año siguiente

Foto
Integrantes de un grupo de orgullo lésbico y gay se manifiestan en Lyon, Francia, contra las declaraciones del Papa respecto del papel que juegan los condones en la lucha contra el sidaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 23 de noviembre de 2010, p. 39

Ciudad del Vaticano, 22 de noviembre. El papa Benedicto XVI reconoció por primera vez que existieron atrasos y lentitud en el Vaticano para atender las denuncias de abuso sexual de menores contra el fundador de los legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado.

En un pasaje del libro-entrevista Luz del mundo, que sale a la venta este 23 de noviembre en varios idiomas, el pontífice calificó al iniciador de la congregación mexicana como un falso profeta que tuvo una vida disipada y extraviada.

Según el pontífice, el descubrimiento de la doble vida del fundador conmovió a la Iglesia tras aceptar que las acusaciones contra el sacerdote hacía años que se conocían. Lamentablemente, hemos llegado con mucha lentitud y atraso a abordar estas cuestiones. De alguna manera estaban muy bien ocultas y sólo desde aproximadamente el año 2000 contamos con asideros concretos al respecto, expresó.

Recordó que la compañera de Maciel dijo que tenía dos hijos con él y apuntó que en México ahora se hacen oír voces que dicen que las disculpas públicas de los legionarios de Cristo no son suficientes y que hay que disolver la comunidad.

Joseph Ratzinger calificó la figura de Maciel –muerto en Estados Unidos en 2008– como enigmática porque, por un lado, vivió fuera de la moralidad e inmerso en aventuras y, por el otro, construyó con dinamismo y fuerza la Legión de Cristo.

Más adelante, se refirió a la visita apostólica, la auditoría conducida a todas las comunidades de los legionarios, cuyo resultado llevará a reformas necesarias. Hay que hacer correcciones, pero en términos generales es una comunidad sana. Hay en ella muchas personas jóvenes que quieren servir con entusiasmo a la fe. Muchos partieron de una figura falsa, pero al final se han visto llamados a adherir a una correcta, ponderó.

“Éste es el hecho notable –añadió–: la contradicción que, por así decirlo, un falso profeta haya podido tener un efecto positivo. A esos jóvenes hay que darles un nuevo aliento. Hace falta una estructura nueva para que no caigan en el vacío”.

Aunque la sede apostólica declaró que oficialmente las primeras denuncias de las víctimas de Maciel las recibió en 1998, el proceso eclesiástico en su contra comenzó a inicios de 2005, con la toma de declaraciones a los denunciantes en Estados Unidos y México.

Como resultado de la investigación, en mayo de 2006 el Vaticano ordenó a Maciel retirarse a una vida de oración y de penitencia, alejado de toda actividad pública. Así se mantuvo hasta su muerte, en enero de 2008.

Las declaraciones sobre Marcial Maciel forman parte del libro, producto de una serie de encuentros entre el obispo de Roma y el periodista alemán Peter Seewald, durante julio, en la residencia estival del Vaticano, a las afueras de Roma.

El escrito reportó las respuestas improvisadas de Joseph Ratzinger a unas 90 preguntas sobre temas de actualidad, entre los cuales destaca el escándalo que ha azotado a la Iglesia a causa de los curas pederastas y la posibilidad de que un Papa renuncie.

Sobre la pedofilia, reconoció que después de la crisis por estos casos registrada en Estados Unidos el Vaticano debió pedir a los obispos de las demás naciones que investigaran casos similares, pero no lo hizo.

Debió ser un deber de Roma, después, decir expresamente a todos los países: descubrid si estáis en la misma situación (de Estados Unidos); quizás podríamos haber hecho eso, apuntó.

Además, consideró comprensible que las víctimas se alejen de la Iglesia porque, para ellos es difícil continuar creyendo que sea una fuente de bien, que comunica la luz de Cristo, que ayuda a las personas, esto lo puedo entender.

En otro pasaje, Benedicto XVI admitió que podría dimitir en caso de que sus condiciones físicas empeorasen a tal punto de no permitirle desarrollar sus tareas.