Seúl, 24 de noviembre. Estados Unidos reiteró hoy su apoyo a Corea del Sur y anunció que a partir del domingo realizará durante cuatro días maniobras militares con las fuerzas armadas sudcoreanas en el mar Amarillo, luego de que ambas naciones sostuvieron ayer un intercambio de fuego que dejó cuatro muertos y 18 heridos.

El presidente estadunidense Barack Obama y su par sudcoreano Lee Myung Bak acordaron reforzar los entrenamientos y realizar ejercicios militares conjuntos entre domingo y miércoles, para continuar con la estrecha cooperación entre ambos países y subrayar la fuerza de nuestra alianza y nuestro compromiso con la paz y seguridad en la región, asentó un comunicado de la Casa Blanca.

Obama, quien fue despertado la madrugada del martes por el consejo de seguridad nacional para ser informado del bombardeo norcoreano contra la isla sudcoreana de Yeonpyeong, sostuvo varias reuniones sobre el incidente. En llamada telefónica a su colega sudcoreano, Obama expresó su enérgica condena y exigió a Pyongyang cesar las maniobras provocativas que lo aislan.

Esta mañana Estados Unidos despachó desde una base naval del sur de Tokio el portaviones nuclear USS George Washington, que transporta 75 aviones y cuenta con más de 6 mil tripulantes, rumbo a la península coreana para unirse a los ejercicios militares con Corea del Sur, que estaban previstos desde antes del incidente.

China no está satisfecho con el despliegue del portaviones y no responderá a ese tipo de presiones, declaró Xu Guangyu, general retirado del Ejército de Liberación del Pueblo que ahora labora para un ente gubernamental de control de armas. China no aceptará que el portaviones estadunidense se una a los ejercicios, porque ese tipo de movimientos puede escalar las tensiones y no aliviarlas, sostuvo.

La cancillería china llamó a las Coreas a mostrar calma y moderación y abrir conversaciones lo más pronto posible. De su lado, Estados Unidos y Japón instaron a Pekín a hacer más para frenar a su aliado Pyongyang.

A pesar del ataque contra Corea del Sur y la vigencia del programa norcoreano de enriquecimiento de uranio, China y Estados Unidos coincidieron en la necesidad de reactivar las conversaciones multilaterales con Pyongyang. La cancillería china dijo que hay acuerdo en reanudar las pláticas a seis bandas tras la visita a Pekín del enviado estadunidense Stepehn Bosworth.

Corea del Norte afirmó que su vecino del sur está empeorando las relaciones en la península con su incesante provocación militar y su decisión de postergar la ayuda humanitaria.

En Seúl, donde el gobierno dijo que desplegará nuevas baterías de artillería en la isla bombardeada, grupos de manifestantes quemaron banderas de Corea del Norte y retratos del dirigente Kim Jong Il y de su hijo y posible sucesor Kim Jong Un. Sectores políticos exigieron al gobierno de Seúl acciones firmes de revancha.

El jefe del estado mayor conjunto estadunidense, almirante Michael Mullen, estimó en una entrevista de televisión que el ataque norcoreano está vinculado a la sucesión en favor de este joven de 27 años, en referencia a Kim Kong Un.

En tanto, el comando de la Organización de Naciones Unidas en Corea del Sur reclamó conversaciones militares de alto nivel entre Seúl y Pyongyang.