La despenalización del consumo de mariguana en México no acabará con el tráfico de drogas, sostuvieron ayer investigadores y un funcionario de la Organización de Naciones Unidas para las Drogas y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés). Resaltaron que sólo se golpeará al mercado negro de los grupos criminales cuando se legalicen producción, distribución y consumo de todas las sustancias adictivas, lo cual es prácticamente imposible.

Es inútil cualquier esfuerzo de despenalización cuando sólo se habla de mariguana. En México sería imposible despenalizar todas las drogas, porque sería ir contra tratados internacionales, indicó el investigador Sergio Ferragut, de la Universidad de Stanford.

Ferragut participó con Andrés Ponce de León, economista del ITAM; Jorge Hernández, politólogo de la UNAM, y el italiano Antonio Mazzitelli, representante de la oficina regional de la UNODC para México, Centroamérica y el Caribe, en un debate sobre la legalización de la mariguana en México, organizado por la fundación Rafael Preciado.

Ponce de León sostuvo que los narcotraficantes y sus socios son los principales beneficiarios de la guerra contra las drogas, y son ellos los que más tienen que perder con una política que dé por terminada la prohibición.

Jorge Hernández refirió que la despenalización de la mariguana sería una fórmula eficaz para reducir la disponibilidad que tienen los jóvenes para acceder a las drogas, porque se regularizarían los mercados de distribución, pero reconoció que sólo cuando se despenalicen todas las drogas podrá afectarse el mercado negro de los grupos criminales, lo cual no ocurrirá.

Ferragut planteó que ante la “mal llamada ‘guerra’ contra las drogas y la política de prohibición”, es necesario transitar hacia un nuevo paradigma basado en la despenalización, regulación y control de la producción, comercialización y consumo de lo que conocemos como drogas ilícitas.

Luigi Mazzitelli sostuvo que son erróneas las políticas enfocadas exclusivamente a la represión del delito en la que los adictos sean los enemigos del Estado. Llenar las cárceles de drogadictos no es solución a los problemas de drogadicción y narcotráfico, aseguró.