os índices de precios de las viviendas en Estados Unidos son buenos indicadores del ciclo de negocios en el vecino país. Se publican periódicamente –de forma mensual o trimestral, según sea el caso– y expresan los precios promedio que registran las transacciones de adquisición o refinanciamiento de viviendas familiares en Estados Unidos. Nuevas y usadas. Grandes y chicas. Modestas y Lujosas.
Los registros oficiales disponibles proporcionan información a partir del primer trimestre de 1975. A veces los índices se reducen a los movimientos registrados en las famosas agencias hipotecarias gubernamentales Federal National Mortgage Association (FNMA) y Federal Home Loan Mortgage Corporation (FHLMC), identificadas coloquialmente como Fannie Mae y Freddie Mac. Otras ofrecen información de todas las hipotecarias.
Como he señalado, en ocasiones sólo presentan los precios de las viviendas adquiridas. Pero también hay registros de precio de referencia –como recientemente se ha hecho de manera por demás generalizada e, incluso, dramática– de proceso de refinanciamientos de hipotecas. ¿Qué ha sucedido recientemente con esta realidad del precio de las viviendas en Estados Unidos?
El miércoles pasado, la Agencia Federal de Hipotecas (la Federal Housing Financie Agency o FHFA por sus siglas en inglés) publicó su índice al tercer trimestre de 2010. Lo primero a notar es que parece que el precio ponderado de compras directas y refinanciamientos de viviendas en Estados Unidos ha dejado de caer, situación que es típica desde el primer trimestre de 2007. Sí, efectivamente, si comparamos el índice de un trimestre respecto al del mismo trimestre del año anterior, nuestros vecinos acumulan 12 trimestres de registros negativos. Es mucho, créanmelo, que durante tres años la sociedad pierda el valor de sus viviendas, aunque también es cierto que en muchas ocasiones –la reciente, sin duda– se elevan los precios por razones básicamente especulativas. El petróleo y el gas natural eran ejemplo de ello. Pero ya hoy también las viviendas y, en general, las llamadas en inglés commodities.
La financiarización en pleno. El rentismo en auge. El parasitisimo esencial del capitalismo por delante. Lamentablemente. Bueno, regresemos al Índice del precio de las viviendas en Estados Unidos. Antes de que empezara a caer, ya había acumulado siete trimestres de desaceleración, es decir, de elevación de precios cada vez menor. El índice dado a conocer hace unos días expresa un descenso que pone el precio de las viviendas al mismo nivel del segundo trimestre de 2005. Con ello, el trabajo que respaldó la expansión hipotecaria durante cinco años prácticamente se perdió. ¡Dramática desvalorización del mercado hipotecario estadunidense! El mismo que –aparentemente– con sus ascensos vertiginosos de 2004 a 2006 y el respaldo excesivo del crédito soportó artificialmente la expansión económica vecina. Algo similar había acontecido de 1975 a 1979. Ascenso vertiginoso de precios de las viviendas. ¿Demanda creciente? No sólo. ¿Qué diría usted si le comento que del primer trimestre de 1975 al cuarto trimestre de 2007 el precio de las viviendas estadunidenses nunca –nunca de los nuncas– dejó de crecer?
Más de tres décadas de ascenso. A veces, como aconteció de 1975 a 1979 o de 2004 a 2006, el ascenso fue aceleradísimo. Otras como aconteció de 1979 a 1982 con tasas cada vez menores. Pero sólo hasta el cuarto trimestre de 2007 –y por primera vez en los 45 años que cubre el registro disponible de estos precios– el índice mostró crecimientos negativos. Y acumula tres años de descensos. ¿Y la productividad creciente? ¿Y la disminución de costos? Nada a favor de los consumidores. O casi nada, que no es lo mismo, pero es igual. Salud por la especulación. ¡Qué pena!
NB Un abrazo a los Álvarez Icaza. Siempre admiré a Don Pepe. Mucho. No lo olvido junto a Juan XXIII luchando por la apertura de la Iglesia, la del Vaticano II. Y enseñándonos a defender los derechos humanos. Siempre.