Río de Janeiro, 28 de noviembre. Centenares de policías apoyados por el ejército y helicópteros artillados tomaron hoy el control del complejo Alemao, que agrupa 15 favelas, donde fueron izadas las banderas de Brasil y de Río de Janeiro, en un operativo contra las bandas de narcotraficantes en el que fue detenido Elezeu Felicio de Souza, alias O Zeu, condenado por el asesinato del periodista Tim Loopes en 2002.

Tomamos todos los puntos a los que debíamos llegar. Todos fueron alcanzados por los batallones, anunció el comandante de la policía militar, Mario Sergio Duarte.

Las autoridades señalaron que la resistencia de los delincuentes fue menor, luego de horas de tensión desde que el jueves unos 500 traficantes se atrincheraron en las favelas del complejo Alemao y mantuvieron intensos intercambios de disparos con la policía.

Ante el éxito de la operación, las banderas de Brasil y del estado de Río de Janeiro fueron izadas por los militares en señal de triunfo contra los delincuentes.

Avanzando por las estrechas callejuelas, patrullas de policías con el rostro cubierto por pasamontañas y armadas con fusiles M16 y FAL 762 allanaban casas que eran señaladas como pertenecientes a traficantes.

El vocero de la PM, coronel Lima Castro, dijo que las próximas horas serán para peinar la zona con el fin de encontrar heridos, drogas y armamento, ya que el área es muy grande y hay informaciones de que (traficantes) aún están escondidos.

Entre algunas decenas de detenciones destaca la de Elizeu Felicio de Souza, O Zeu, uno de los narcotraficantes condenados por el asesinato del periodista Tim Lopes en 2002. Además, la policía decomisó material para procesamiento de droga, armas, municiones y 40 toneladas de mariguana.

El complejo Alemao está ubicado en el norte de Río, a unos 20 kilómetros de Copacabana, zona que comprende más de una docena de favelas con unos 65 mil habitantes que estaban bajo el yugo del Comando Vermelho (Comando rojo).

La operación fue el punto culminante de una ofensiva desatada hace una semana tras una ola de ataques a puestos policiales e incendios de vehículos a manos de narcotraficantes, con saldo de 46 muertos.