CiU logra 62 escaños pero no alcanza mayoría absoluta; los socialistas, segunda fuerza
Analistas apuestan por un pacto de los ganadores con el PP, que obtuvo 12.33% de votos
Lunes 29 de noviembre de 2010, p. 30
Barcelona, 28 de noviembre. Ya era hora. Este año sí.
Artur Mas, candidato de Convergencia i Unió (CiU) a la presidencia de Cataluña en las elecciones celebradas ayer, se dirigía así a sus seguidores, después de obtener 38.47 por ciento de los votos y ganar cómodamente los comicios. Mas se convertirá así en el próximo presidente de Cataluña, recuperando el poder para CiU, que regresa a la Generalitat –gobierno catalán– tras siete años de coalición tripartita encabezada por el Partido Socialista de Cataluña (PSC), que con 18.32 por ciento de los votos ha cosechado los peores resultados de su historia.
Las previsiones se cumplieron y los electores, que acudieron a votar en 60 por ciento de los casos, le otorgaron a Mas la amplia mayoría que había reclamado durante la campaña para poder gobernar. Sin embargo, los casi 1.2 millones de votos a su favor se traducen en 62 escaños en el Parlamento, por lo que se queda a seis diputados de alcanzar la mayoría absoluta. Esto quiere decir que Mas tendrá que conseguir el apoyo de algún otro partido para poder ser investido presidente.
Ante sus seguidores reunidos en céntrico hotel barcelonés, Mas declaró, de forma comedida y sin excesos, que recibía la victoria con humildad, responsabilidad y esperanza. Sin presumir
. Igualmente, consciente de que tendrá que pactar con alguien, el candidato realizó un llamado a la movilización de todos los catalanes, invitando a sumar fuerzas para luchar contra la crisis. Cataluña habrá que levantarla entre todos. Entre los que han ganado y los que no
, señaló.
Para el Partido Popular, 18 diputaciones
Aunque ayer nadie habló directamente de ningún pacto, muchos analistas apuestan por un acuerdo con el Partido Popular, que consiguió los mejores resultados de su historia en Cataluña. Los populares, con Alicia Sánchez Camacho al frente, obtuvieron 12.33 por ciento de los votos y 18 escaños, lo que supone un incremento de cuatro diputados respecto de las elecciones de hace cuatro años. Por vez primera en Cataluña, la derecha españolista se convierte en la tercera fuerza parlamentaria. La candidata apareció exultante ante los medios, dio las gracias al apoyo de los electores y del presidente de su partido, Mariano Rajoy, y no dudó en declarar que este ascenso del PP en Cataluña no es más que el primer paso del partido hacia el poder. El cambio en España comienza aquí
, declaró. Sánchez Camacho dejó las puertas abiertas a un posible pacto puntual con CiU, aunque insinuó que hará valer su posición de fuerza. Seremos decisivos
, advirtió.
La otra opción que se baraja es un posible pacto con los independentistas de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), los grandes perdedores, junto al PSC, de las elecciones de ayer. Los republicanos acusaron su desgaste en el gobierno tripartito y pasaron de ser la tercera fuerza parlamentaria a ser la quinta. El exiguo 7 por ciento de los votos conseguidos por su candidato, Joan Puigcercós, les da una representación parlamentaria de 10 diputados, lo que supone una reducción de 11 escaños respecto de los 21 que tienen en la actualidad.
En una sede en la que apenas había seguidores, Puigcercós asumió la derrota y admitió que ERC ha perdido la confianza que tenía estos últimos siete años
. Aunque no hubo gran autocrítica, el candidato reconoció que no era fácil confiar en ERC en estas elecciones
y envió un guiño a CiU por si requiere su apoyo: será el catalanismo quien siga gobernando
. Sobre un posible acuerdo con los vencedores de las elecciones, Puigcercós señaló que su actitud será constructiva
y que ayudarán a hacer país
, dejando de esta manera las puertas abiertas.
El adiós de Montilla
Como se ha dicho, los grandes perdedores de la jornada de ayer, junto a ERC, son los socialistas del PSC, cuyo candidato y todavía presidente de la Generalitat, José Montilla, no pudo evitar el desastre y llegó sólo a 18.32 por ciento de los votos, cosechando los peores resultados socialistas en la historia democrática de Cataluña. En el nuevo parlamento los socialistas pierden hasta nueve escaños y quedan, con 28, como segunda fuerza parlamentaria.
Montilla fue el primero de todos los candidatos en dirigirse a los medios de comunicación. Arropado por los pesos pesados del PSC –como Celestino Corbacho y Carme Chacón–, asumió la derrota, felicitó a Mas por la victoria y le deseó el máximo acierto para enfrentar la crisis
. Declaró que había que reflexionar sobre los resultados y abrir un proceso de cambio en el partido
. Como primer paso, el todavía presidente anunció que dejará el cargo de secretario general del PSC en el próximo congreso del partido. Lo que todavía no se sabe es si dicho congreso se celebrará antes o después de las elecciones municipales de mayo del próximo año. Unos comicios vitales para el futuro de los socialistas, ya que, de seguir la tendencia actual, podrían perder las alcaldías más importantes de Cataluña, entre ellas la propia Barcelona, feudo histórico del PSC.
La única noticia positiva para la izquierda la dieron los terceros socios del gobierno tripartito: los ecosocialistas de ICV-EUA, cuyo candidato, Joan Herrera, consiguió mantener más o menos el mismo nivel que hace cuatro años, logrando 7.39 por ciento de los votos y 10 escaños. Herrera realizó una lectura positiva de los resultados y advirtió que asumirán una oposición dialogante, pero beligerante al mismo tiempo, si lo que se pone en peligro son los derechos sociales y ambientales
.
La mayor novedad y sorpresa de las elecciones la dieron el ex presidente del F.C. Barcelona, Joan Laporta, y su propuesta independentista. Su partido, Solidaritat Catalana, se estrenó en unas elecciones consiguiendo 3.28 por ciento de los votos y cuatro diputados. Laporta, visiblemente satisfecho con los resultados, advirtió que han entrado en el Parlamento para defender la independencia y luchar por ella
.