El encuentro de los afectados ambientales en la zona cero de la colonia La Malinche unificó la lucha de habitantes de diferentes ciudades del mundo con la resistencia del Frente Amplio Contra la Supervía.

En la comunidad de El Salto, Jalisco, se padece la contaminación del agua del río, en la que se descargan más de 5 mil toneladas de basura. Hay un problema de enfermedad y muerte en el pueblo y sigue habiendo desregularización de las autoridades a la industria. El gobierno reconoce que existen elementos pesados y compuestos en el río como cromo, arsénico, urano, ácido sulfhídrico, metano, benceno y plomo, y aún no reconoce que la industria descarga en las cuencas, en los ríos, expuso Sofía Enciso, de 22 años.

Enciso, también integrante de la Asociación de Afectados Ambientales, habló sobre su incorporación al movimiento: crecimos entre la mugre, pero al escuchar las historias de mis padres y abuelos, sobre los peces y la nutrias en el río, nos empezamos a encabronar, a llenar de rabia y decir bueno, por qué yo no puedo bañarme en el río. Sabemos que la lucha es de largo aliento, pero servirá para que futuras generaciones puedan ver un río vivo y sano.

Para Guadalupe Romero, de Uruapan, Michoacán, su defensa es evitar la extracción de agua del parque nacional, la cual quieren llevar a otras comunidades donde existen grandes empresas embotelladoras de agua.

Howard Ehrman, profesor de medio ambiente y medicina en Chicago, comentó que mantienen una campaña en contra de las carreteras y a favor del transporte público. Nosotros venimos para formar más solidaridad y trabajar con grupos mexicanos de base y contra la intervención de las ONG que aceptan el sistema político que nosotros rechazamos completamente, expuso el habitante de La Villita.

Comentó que trabaja en favor de las soluciones que vienen de la gente. La comunidad sabe lo que necesita, y no son los megaproyectos que quieren extender la ciudad para llegar y controlar a más gente. La cosa es que no puede haber ninguna solución sin democracia; debe participar la gente antes de que empiecen los proyectos.

En Los Ángeles, California, la lucha es contra un transporte elitista, pues el gobierno prevé construir un tren subterráneo para sustituir los autobuses; sin embargo, Lolis Enciso, estadunidense de origen mexicano, explicó que muchos miembros de las comunidades latinas y estadunidenses no podrán pagar el servicio.