Oaxaca, Oax., 1º de diciembre. Al asumir la gubernatura del estado y poner fin a 80 años de dominio priísta, Gabino Cué Monteagudo dijo que no actuará buscando venganzas o creando culpables, pero advirtió que quienes hayan violado los derechos humanos de los oaxaqueños serán sancionados. Anunció la creación de una fiscalía que investigará la represión de 2006 y prometió que no se usará el poder para extinguir movimientos sociales.

Cué envió ayer a la 60 Legislatura del estado una reforma política que incluye la revocación del mandato para el Ejecutivo estatal cuando se compruebe el uso pernicioso de sus facultades. La consigna es clara: nunca más un gobernador que abuse del poder público para beneficio personal o el interés de un grupo, en detrimento de la población, sostuvo en un mensaje casi paralelo a la salida de Ulises Ruiz del estado.

Anunció que su relación con Los Pinos será armónica y de colaboración estrecha en claro beneficio de Oaxaca. No me anima un afán contestatario que comprometa inversiones y proyectos federales, argumentó.

Gabino Cué estuvo acompañado por dirigentes y legisladores de los partidos que negociaron la coalición opositora (Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Convergencia); por el jefe del Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y el gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, así como los ex gobernadores Jesús Martínez Álvarez, Pedro Vázquez Colmenares, Heladio Ramírez y su ex jefe en Gobernación, Diódoro Carrasco Altamirano.

El único que no acudió, aunque estaba invitado, fue el ex gobernador José Murat, a quien su partido acusa de haber respaldado la campaña del actual gobernador. Cuando repasaba lista de los asistentes, con el micrófono abierto, Cué dijo: ¿No vino Murat? Muy bien.

En un discurso de una hora, el nuevo gobernador sostuvo que Oaxaca dejará atrás el miedo a la represión continua, a las violaciones a los derechos humanos y a las constantes persecuciones a dirigentes y organizaciones sociales. La única obra que anunció hoy fue la construcción de la Fuente de la Reconciliación, en memoria de los asesinados durante el conflicto magisterial y social de 2006.

Sostuvo que su gobierno buscará sobre todo la reconciliación y el perdón en las regiones donde persisten conflictos.

A pesar de que los maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación marcharon hasta el Congreso, ubicado en el municipio de San Raymundo Jalpan, y al palacio de gobierno –que se retomó como sede del Ejecutivo–, Cué sólo dedicó un párrafo a los maestros.

Afirmó que el cambio que requiere Oaxaca no podrá lograrse sin la participación de los mentores, y para mejorar la educación se requiere que niños y jóvenes no pierdan un solo día de clases. Necesitamos, por supuesto, que los maestros accedan a un mejor nivel de vida, producto de prestaciones que merecen como constructores de la democracia, expresó.

Cué garantizó que ningún funcionario estará por encima de la ley ni se tolerará la corrupción. Tenemos que erradicar este mal que tanto ha dañado a nuestra entidad. No permitiré que funcionarios se enriquezcan al amparo de la pobreza de la gente. ¡Ay de aquél que bajo mi mandato anteponga su bienestar personal al del pueblo oaxaqueño!, exclamó.

Al Congreso le propuso una nueva relación, que ratifique al gabinete, fortalezca su poder de fiscalización y designe a los titulares de los órganos autónomos.

A cambio, el gobernador pidió para sí la atribución de iniciativa preferente, así como la posibilidad de ejercer el veto y la reconducción del presupuesto.