Guadalajara, Jal. 4 de diciembre. Rafael Barajas Durán, El Fisgón, recibió ayer el reconocimiento La Catrina, y ante un auditorio lleno lanzó una invitación: abandonar las lógicas individuales, personalistas, y buscar ser, lo más posible, colectividad.

La Catrina, escultura de bronce que reproduce una versión libre de Sergio Aragonés de la creada por José Guadalupe Posada, reconoce la trayectoria de los caricaturistas.

Para El Fisgón representa un premio “para el colectivo de caricaturistas que colaboran en la revista El Chamuco y en el periódico La Jornada”.

“A pesar de que en nuestra época se tiende a exaltar los valores individuales, yo estoy convencido de la importancia del trabajo colectivo y que el talento se desarrolla siempre mejor en colectividades. El Chamuco es un colectivo verdaderamente talentoso, donde las capacidades se suman, los trabajos se revisan con rigor crítico y se mantiene una ética artística y periodística esencial. No tengo la calidad artística de mis colegas Hernández y Helguera, ni el humor de Patricio, ni la capacidad didáctica de Rius, pero soy, después de éste, el más viejo de los chamucos”, dijo.

Contó que cuando lo llamaron para informarle sobre el reconocimiento, pensó que era broma.

“Contrariamente a lo que dijo una vez el gobernador de este estado (Emilio González Márquez), es para mi un honor recibir La Catrina, no me asusta, no me siento amenazado. Debo confesar que cuando me llamaron para decirme que me habían vuelto catrino pensé que se trataba de una broma, no de una amenaza. Este es un premio que antes le fue otorgado a mis héroes culturales, Rius, Aragonés, Rogelio Naranjo, Helio Flores, Roberto Fontanarrosa, Gabriel Vargas, José Palomo. De modo que cuando me dijeron que no se trataba de una broma, me asaltó una pregunta clásica, de un mexicano clásico, ¿y yo por qué?”

Para El Fisgón no está en la naturaleza de la caricatura ni de los caricaturistas elogiar ni recibir elogios. Sin embargo, los premios se vuelven importantescuando tienen un carácter reivindicativo, y para él este galardón lo tiene.

“Está en el destino de los críticos ser muy criticados. A los chamucos se nos ha acusado de ser poco objetivos, dogmáticos, parciales, intolerantes. Un día, un colega nos espetó en privado: ‘Yo soy caricaturista político, ustedes políticos caricaturistas’. Otro remató, anticipándose mucho a un político jalisciense: ‘los políticos caricaturistas me dan asco’.

“La objetividad, sin lugar a dudas, es un valor aceptado y fundamental del periodismo, pero es poco practicado. Los grandes consorcios mediáticos han logrado monopolizar el término y plantean de todas las maneras posibles que ellos son dueños de la objetividad y quien se sale de su agenda es subjetivo.

“Sin embargo, estos medios defienden intereses específicos, no ideas. Los intereses específicos que defienden son los de sus dueños, y los defienden con una subjetividad y una pasión que lleva con frecuencia a la mentira. Ejemplos sobran. La objetividad sólo se confirma con el tiempo. Las mentiras caen, la verdad permanece.

Nos acusan de militar con nuestras ideas, peor sería no tenerlas, peor aún, no tener el valor de defenderlas. Nos acusan de tomar partido, en México la lucha por la libertad de prensa y la libertad de expresión nació con una lucha política.

Si bien hoy día se dice que el género de la caricatura política está caduco, El Fisgón opina que hoy más que nunca, en este México que se deshace a cachitos, es un género que tiene vigor, que es necesario.

En el México neoliberal es imposible no tomar partido por la vida contra la barbarie, por la cultura, por los derechos de la mujeres y los homosexuales, por la defensa de la universidad publica, indicó.

“Defender hoy el presupuesto de las universidades públicas es defender la inteligencia y la comunidad. Tenemos que hacer comunidad. Abandonar las lógicas individuales, personalistas y buscar ser, lo más posible, colectividad.

Tenemos que cohesionarnos, entre otras cosas, por la defensa del presupuesto de la Universidad de Guadalajara (UdG).

El Fisgón estuvo acompañado en el presidium por el rector de la UdG, Marco Antonio Cortés Guardado; el presidente de la FIL, Raúl Padilla López; la directora de la FIL, Nubia Macías; Rius, y Aragonés. En el acto se proyectó un video en el cual se pudieron ver varios de sus dibujos.