El ex presidente del partido fue sacado a empellones de la sede nacional del blanquiazul
Con el argumento de que es consejero vitalicio, intentó participar en la elección de dirigente
Domingo 5 de diciembre de 2010, p. 10
El derecho vitalicio a formar parte del Consejo Nacional del PAN por haber sido presidente de ese instituto político, fue el criterio que Manuel Espino esgrimió para ingresar en la principal sede panista, donde denunció que el autoritarismo, la prepotencia y la soberbia se han instalado en la cúpula del blanquiazul.
Hace cuatro años Espino comprometió su carrera política en defensa del cuestionado triunfo electoral de Felipe Calderón. En el suntuoso edificio de la sede nacional panista alzó la mano al michoacano en señal de ganador.
Aquel triunfalismo se convirtió ayer en la escena lamentable de la venganza contra un ex presidente panista sacado a empellones por empleados de resguardo del CEN panista.
Defiendo el honor de militantes
Hace cuatro días Espino –cuyo periodo al frente del PAN será recordado por sus actitudes de derecha radical y confesionales– recibió la notificación de su expulsión del partido.
Aún así, ayer se presentó en el edificio de avenida Coyoacán esquina Popocátepetl con la intención de participar en el proceso de elección interna.
Acompañado por un centenar de simpatizantes y familiares, consiguió que los empleados de seguridad le abrieran la puerta.
Cuando se encaminada al auditorio del edificio, el secretario general, Alfredo Rivadeneyra, lo alcanzó y lo condujo a una oficina donde se encerraron 15 minutos.
Rivadeneyra, enviado de César Nava, explicó su estado legal a Espino: ya había sido notificado de la expulsión y, por tanto, ya no era militante del PAN.
El ex dirigente replicó que los estatutos le conceden el derecho de consejero vitalicio.
Al no obtener respuesta favorable de un Rivadeneyra que se hizo eco del guión dictado por Nava, Espino decidió retirarse porque no “les voy a dar un tratamiento de golpes y empujones como el que ellos me han dado. Me voy con la satisfacción de haber cumplido, de haber llegado al Consejo Nacional.
Me voy con la tranquilidad de ver que tenemos la razón: se ha instalado el autoritarismo en el PAN. El lunes y el miércoles voy a impugnar la decisión de la Comisión de Orden del estado de Sonora (la cual lo expulsó), pero seguramente no van a tener una actitud distinta de la que han tenido hasta ahora
, aseveró, y ubicó su esperanza en la determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Estoy defendiendo el honor de muchos panistas. A mí no me acusan de corrupción ni de enriquecimiento inexplicable, sino de ser congruente.
–¿Por quién votaría? –se le preguntó.
–Yo no votaría por (Roberto) Gil porque quiero que el partido deje de tener presidente sin voluntad propia, con una actitud poco panista.
“Ratifico mi compromiso de seguir respaldando al PAN para que estas actitudes autoritarias, prepotentes y soberbias se destierren del partido y regrese la sensatez, regrese el debate.
Yo preferiría que adentro en el Consejo Nacional debatiéramos el porqué sí o porqué no puedo participar. Atrás hubo un chantaje y una presión. No obstante está notificación, la expulsión no es definitiva, porque hay dos instancias hacia adelante: la del Consejo Nacional y la del TEPJF, pero en el supuesto de que fuera definitivo, yo vengo a defender mi posición de consejero nacional vitalicio, como lo establece el estatuto.
–¿Aunque usted sea expulsado en definitiva, conserva la posición de consejero?
–Los estatutos en su artículo 44 dicen que el Consejo Nacional está integrado por el presidente y el secretario general del Comité Nacional, los ex presidentes del Comité Ejecutivo Nacional. No dicen más. Enseguida dicen que el presidente de la República, y aclaran que sólo si es miembro del partido, los gobernadores de los estados que sean miembros del partido. Esa aclaración no se hace para los ex presidentes del partido.
–¿Es el mismo criterio que utilizaron para validar la candidatura de Roberto Gil?
–Así es. Para ser candidato a la presidencia del partido se requiere solamente del apoyo de 10 consejeros, no se requiere ni siquiera ser militante del partido, no se requiere antigüedad como militante, y a mí se me está dando un tratamiento muy diferente.
Espino abandonó entre empellones la sede nacional del PAN donde alzó el brazo a Calderón. Se fue entre gritos de respaldo de sus acompañantes. Adentro, el senador Santiago Creel dejó sentir su rechazo a la decisión de la cúpula panista.
No creo que con una expulsión se resuelvan las cosas. En vez de expulsión debió ser una reconciliación. El partido no está para dividirse, sino para unirse, y tenemos que ir cerrando capítulos, cerrando la página. Eso es hacer política; lo otro es muy fácil.