La organización civil Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS) y el Comité Eureka realizaron ayer un performance frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), simulando una posada navideña, en demanda de justicia para las miles de personas desaparecidas en México. Como han hecho desde hace más de dos años, ambas agrupaciones se dieron cita en el recinto de Pino Suárez número dos para insistir en su exigencia de que el Poder Judicial se comprometa a resolver los casos de desapariciones forzadas. Ese delito está tipificado en los códigos nacionales, pero no se ha perseguido a nadie por él. No se castigan los ilícitos del pasado ni del presente. Todo el sistema de justicia es cómplice, porque se hace de la vista gorda y así el crimen se perpetúa, denunció en entrevista con La Jornada Pablo Álvarez, integrante de HIJOS. Todos los meses la organización acude a la sede de la SCJN y realiza una protesta temática, de acuerdo con alguna fecha que se conmemore en ese periodo, y reitera la demanda de que los 560 desaparecidos que ellos tienen registrados –aunque calculan que el número es al menos cuatro veces mayor– sean presentados con vida o se dé información sobre su paradero.