El conflicto interno entre perredistas tomó este domingo un nuevo rumbo, cuando un grupo de dirigentes anunció un plan de acción que pretende desconocer a Jesús Ortega como presidente nacional del sol azteca y su posterior expulsión del partido, con los criterios aplicados por su dirigencia para el caso del senador Tomás Torres: apoyar a otro instituto político en elecciones. En cuanto a Ortega, dicen los inconformes, al Partido Acción Nacional (PAN), con alianzas electorales.

Al cumplirse ayer el plazo oficialmente impuesto para el relevo de la dirigencia, el denominado G-8 –que integran Izquierda Social, Izquierda Democrática Nacional, Red por la Unidad Nacional de las Izquierdas, Red de Izquierda Revolucionaria-Movimiento de Liberación Nacional, Grupo de Acción Política, UNR, Movimiento Cívico, Democracia Social– anunciaron que tomarán la sede central del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y promoverán una toma de nota por la violación grave al estatuto de nuestro partido ante el Instituto Federal Electoral, por el fenecimiento de la dirección política encabezada por Ortega.

En respuesta, el dirigente señaló que caerían en el putchismo quienes amenazan con tomar el edificio perredista, y los equiparó con los fanáticos de las camisas pardas en contra de los militantes de la izquierda y otros ciudadanos en la Alemania de la preguerra.

Advirtió que Dolores Padierna, René Bejarano, Gerardo Fernández Noroña, Carlos Sotelo, Mario Di Costanzo y hasta el priísta Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México, son responsables intelectuales de este asalto a las instalaciones y a la legalidad interna del partido y son, en consecuencia, los que legalmente deberán responder ante las autoridades correspondientes.

El bloque de las izquierdas del PRD acordó, tras su encuentro nacional del sábado, integrarse como una fuerza nacional para rescatar al PRD. Para ello elaboró un plan de acción que dio a conocer en un mitin frente al monumento al general Lázaro Cárdenas, en la ciudad de México, el cual incluye el rechazo a las alianzas con el PAN y se manifiesta en contra de la constante ilegalidad en que incurre la dirección nacional enquistada en nuestro partido.

Además, propone frenar el éxodo de perredistas y simpatizantes, contar con un órgano informativo, constituir grupos estatales y tomar la sede nacional perredista –sin establecer fecha– para conducir una organización nacional que acate los resolutivos de su congreso nacional de hace un año.

También realizar una consulta nacional, tentativamente para el 5 de febrero, sobre la cancelación de las alianzas con la derecha calderonista y la expulsión de nuestra organización del hasta hoy presidente nacional, Jesús Ortega.

Asimismo, propone efectuar una manifestación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para denunciar la intromisión y daño al PRD por la imposición de su presidente nacional.

Al mitin acudieron, entre otros, Martí Batres, Armando Quintero, Dolores Padierna, Gilberto Ensástiga, Carlos Sotelo, Higinio Martínez, Camilo Valenzuela, Mario Saucedo y Arturo Herviz.

En los discursos se insistió en pugnar por rescatar la línea política del partido, y en señalar que Ortega no puede permanecer un día más en la dirección nacional. Entre la gente abundaron los gritos de Obrador, Obrador, en señal de apoyo al ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.