El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, propuso a los diputados locales dar marcha atrás en el aumento a la tarifa del agua para 2011, con el fin de no agravar la situación económica de los habitantes de esta ciudad, tras el impresionante incremento a los precios de la tortilla, la gasolina y otros productos de la canasta básica. Asimismo, se manifestó a favor de ampliar y fortalecer el programa de comedores comunitarios y públicos, para lo cual se necesitarían 240 millones de pesos, recursos que saldrían del congelamiento de sueldos de los funcionarios de estructura y de confianza de la administración capitalina, dijo.

Al hacer uso del micrófono durante el primer informe de actividades del diputado del PRD David Razú, el mandatario manifestó su preocupación por todas esas alzas; de ahí que planteó a los legisladores que en el caso de la tarifa del agua, la ajustemos sólo a la inflación (4.08 por ciento), y el incremento que habíamos propuesto (3.7 por ciento) lo absorbamos con acciones de fiscalización y otras acciones que vamos a realizar, con el propósito de que la tarifa no tenga un aumento en términos reales.

Mencionó que, por ejemplo, se podrían aplicar sanciones a las empresas o grandes consumidores que no están al corriente de sus pagos, y así se puedan recuperar más ingresos.

Durante el acto, realizado en Casa Lamm, remarcó que el impacto regresivo que tendrá el aumento a la tortilla y a la gasolina va a ser tremendo el año entrante. Citó que en el caso del primer alimento, de 2006 a la fecha acumula un incremento de 42 por ciento, y dijo que todo hace prever que en 2011 continuará esa misma tendencia.

Los efectos sociales de eso, dijo, “son como retroceder probablemente siete u ocho años en la pirámide o la forma en la que está distribuido el ingreso en el país, y en particular en la ciudad de México. ¿Por qué?, porque el incremento en los salarios –obvio– va con la inflación; eso quiere decir que el efecto del aumento a la tortilla para quienes ganan hasta cinco salarios mínimos equivale a reducir su salario varios años hacia atrás”.

Por ello propuso a los legisladores locales que, para reducir el impacto regresivo que esos aumentos tendrán, sobre todo entre la gente más pobre de esta ciudad, la tarifa del agua se ajuste sólo a la inflación, y a la par se amplíen de 300 a 500 los comedores comunitarios, y así cubrir las 800 zonas de mayor marginación del Distrito Federal.

Precisó que los funcionarios del GDF harán el esfuerzo de no recibir incrementos salariales y de ahí obtener recursos para financiar esa expansión, pero también hizo una muy atenta invitación para que todos los órganos autónomos del Distrito Federal hagamos lo mismo, de manera que el ahorro que podamos tener de recursos rebase los 240 millones de pesos que necesitamos para hacer crecer esos comedores.