Opinión
Ver día anteriorMartes 14 de diciembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Las mentiritas
H

oy día basta encender el televisor para presenciar uno de los engaños masivos más espectaculares a escala mundial: la venta de productos milagro, que prometen que hacen perder peso sin esfuerzo; blanquean la piel de las personas; eliminan la celulitis y el acné de los adolescentes; hacen crecer el cabello para los que sufren de calvicie; reducen el estrés si se toma un té de hierbas milenarias, y construyen cuerpos maravillosos con aparatos que básicamente no tienen con qué cumplir con las expectativas. Si uno enlista las promesas de estos comerciales, los argumentos esgrimidos parecen las promesas de un lunático. Lamentablemente la realidad es que los productos milagro son un éxito comercial rotundo a escala global.

Aunque esas mercancías no pueden satisfacer lo que prometen y no hay la menor evidencia científica en su favor, la población las adquiere constantemente y las ganancias generadas por estos productos son tan grandes que hace algunos años sus anuncios pasaban por televisión solamente en horarios nocturnos, pero actualmente se les puede ver en cualquier horario y en cualquier canal. La gran mayoría de los productos que allí se anuncian son inútiles y el mayor porcentaje de los anuncios está orientado a prometer la rápida pérdida de peso corporal y la obtención de una figura esbelta que nos acerque a la silueta perfecta casi sin esfuerzo alguno de nuestra parte. Ahí la mentirita.

El caso de México es preocupante, ya que las compañías que generan estos productos han encontrado en el país un terreno fértil donde lucrar con las ilusiones de una población con poco pensamiento crítico, que desconoce en sus niveles más básicos el funcionamiento de la ciencia en general y el de la fisiología del cuerpo en particular y, por tanto, está dispuesta a pagar a cambio de obtener soluciones fáciles en cuestiones de salud y estética.

La Organización Mundial de la Salud indica que México es un país que enfrenta graves problemas para combatir la obesidad, tanto en población adulta como infantil. Estos productos prometen que el consumidor podrá bajar de peso y talla en cuestión de semanas sin hacer esfuerzo, sin dietas, ni hacer ejercicio; únicamente es necesario adquirir el producto, que se presenta en diversas formas, como geles, cremas, bebidas, pastillas, máquinas vibradoras o joyería, que mediante procesos no aclarados ni explicados activa los centros del cuerpo que queman la grasa.

Ninguna de estas aseveraciones tiene el menor fundamento científico. La grasa no desaparece ni se desprende del cuerpo a partir de los procedimientos que se anuncian en la televisión. Que la grasa dentro del cuerpo se desprenda es una mentira. De hecho, en realidad resulta afortunado que no lo haga, pues si se desprendiera a la menor provocación podría acabar en lugares insospechados o peligrosos para el individuo.

La única forma de bajar de peso de manera saludable consiste en mantener por un tiempo prolongado un equilibrio calórico negativo. Esto significa que una persona tiene que ingerir unas pocas calorías, menos de las que va a usar durante el día. Además de una dieta balanceada, con las calorías necesarias según la edad, la actividad y el sexo de la persona, una forma saludable de reducir la grasa consiste en hacer ejercicio. Los músculos obtienen energía de dos fuentes: la glucosa y los lípidos (grasa). Lamentablemente los almacenes de glucosa son escasos y, por tanto, al poco tiempo de hacer ejercicio se agotan, pero afortunadamente el organismo entonces obtiene su fuente de energía del tejido adiposo (la grasa). Por tanto, si hacemos ejercicio constante y con frecuencia, poco a poco el tejido graso en exceso que tenemos se va metabolizando y empieza a disminuir. Esto, desde luego, requiere de tiempo y esfuerzo. Pero a la larga, la suma de la actividad física combinada con una sana ingesta de alimentos producirá los efectos deseados de pérdida de peso corporal; dando tiempo al tiempo y haciendo lo que se debe hacer, podremos reducir el porcentaje de grasa en exceso que tenemos. No se haga bolas: los productos llamados milagro no le van a ayudar. Sólo el esfuerzo y la dedicación al ejercicio y comida sana lo harán. No hay soluciones mágicas para problemas complejos; guarde su dinero y échele ganas a su salud. Los llamados productos milagro no sirven y no le permitirán llenar sus expectativas.