En la ciudad de México, el kilo de tortillas se estabilizó en 10 pesos. El costo es 25 por ciento superior al registrado la semana pasada, por lo cual se pondrá en marcha un programa de vigilancia en algunas de las 5 mil 467 tortillerías para evitar abusos o que sean víctimas de una cacería de brujas por las autoridades federales, cuando se trata de un producto no regulado.

Laura Velázquez Alzúa, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, informó que más que sancionar a las tortillerías y molinos que no vendan en ocho pesos este producto, como cree que es oficial la Secretaría de Economía, se debe poner alto al incremento de los combustibles, gas y electricidad, que inciden en su costo, y se apoye a los productores rurales para no importar maíz.

Asimismo, verificar que las grandes trasnacionales como Gruma y Cargill, así como los intermediarios, no estén acaparando el maíz para especular y afectar a este sector y, por ende, la dieta de los mexicanos, pues la tortilla es la base de su alimentación, por lo cual se analiza la posibilidad de que el Gobierno del Distrito Federal se convierta en aval de los productores locales en la compra de maíz, comentó.

Hoy, reconoció, “el aumento está justificado por las alzas de los energéticos, por lo que en las últimas semanas se mantuvo entre 8.50 y 9.50 pesos. La declaración de la Unión de Molineros provocó que se fuera hasta 12 pesos en la ciudad y se nos adelantara no sólo el gasolinazo, sino también el tortillazo, aunque los vemos como algo ligero, cuando afecta el bolsillo de la gente”.

Las autoridades federales, sin embargo, son las encargadas de controlar esta situación, pero sin caer en una cacería de la microindustria de la masa y la tortilla, cuando algunos autoservicios, como Soriana, la venden también en 9 pesos, por lo que realizaremos esta vigilancia pie tierra, como hace la policía, y comunicaremos a la Secretaría de Economía lo que sucede, a fin de trabajar en algún programa que evite la desaparición de este sector, afirmó.

Por su parte, la jefa delegacional de Iztapalapa, Clara Brugada Molina, consideró como una irresponsabilidad del gobierno federal este incremento a la tortilla, porque tendrá severos efectos sobre la canasta básica y en consecuencia se dañará la economía de las familias con menores recursos, además de frenar el desarrollo de la sociedad.

El precio del maíz se mantiene a la alza y está impactando la economía de las familias más pobres de la delegación Iztapalapa. Es el alimento básico y debe estar subsidiado como antes. Además, cada mes sube el gas y otros servicios, destacó la jefa delegacional de la zona más poblada del país, quien manifestó que las políticas públicas aplicadas en apoyo a la familias de la delegación, serán respaldadas con diversos programas sociales.

Mencionó entre ellos los apoyos para la compra de gas doméstico, así como los destinados a los adultos mayores, becas y talleres para jóvenes, capacitación al trabajo para mujeres en oficios no tradicionales, entre otros.