ontra viento y marea, con escasos recursos, persecuciones, arrestos y diversos (e inútiles) intentos por callarla, Radio Ñomndaa, La palabra del agua, voz y presencia de los pueblos Nn’anncue (amuzgos) del municipio de Suljaa (Xochistlahuaca), Guerrero, cumple este fin de semana seis años. Lo festejará a lo grande, como lo merecen los proyectos que nacen y se consolidan abajo, los que pese al hostigamiento continúan luchando y, sobre todo, buscando y proponiendo.

Para celebrar estos seis años de una de las radios comunitarias más emblemáticas del país, desde Xochistlahuaca convocan a reflexionar sobre el quehacer de los medios de comunicación del pueblo, con el fin de reconocer nuestros esfuerzos, articular nuestras luchas y plantear estrategias de defensa y crecimiento colectivo.

Los medios son, somos, sólo una herramienta de lucha y organización. Por tanto la discusión más amplia amerita el debate sobre las diversas formas de construcción de estrategias locales y su posible y deseable articulación. De esto también se hablará en Suljaa, lugar en el que se han organizado también para explicar su trabajo: lo que sembramos, la forma como lo hacemos, los problemas que tenemos, lo que producimos, los problemas que tenemos al tratar de vender nuestros productos. Queremos también conocer alternativas que permitan construir entre todos una forma más justa de trabajo y distribución de nuestros productos.

Radio Ñomndaa es producto de una larga lucha. Primero la de 2002, cuando el pueblo de Xochistlahuaca se organizó para tener un gobierno autónomo regido por usos y costumbres y acusó a la entonces alcaldesa Aceadeth Rocha de malversación de fondos. Dos años después, en diciembre de 2004, se inició el proyecto de la radio comunitaria La palabra del agua, la primera de su tipo en Guerrero. La modesta estación radiofónica ha dado mucho de qué hablar. Su independencia y crítica frontal al gobierno en turno le han valido el allanamiento de sus instalaciones y diversas órdenes de aprehensión contra su equipo. Nada la ha detenido.

No es casualidad que un proyecto como La palabra del agua surja en Guerrero, un estado en el que, como explica el centro de derechos humanos Tlachinollan, la protesta social ha sido uno de los recursos más eficaces que han utilizado legítimamente los ciudadanos para exigir a las autoridades el respeto y el cumplimiento a sus derechos humanos. Un estado con un largo historial de luchas.

La palabra que se difunde en esta emisora es clara como el agua y pretende fortalecer las raíces de nuestras culturas, confirman hoy los hacedores de la radio.

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