El maíz, materia prima para la tortilla, se encuentra sujeta a los vaivenes del mercado.

En el ámbito internacional la caída mundial de 12 por ciento en la producción (se calcula una cosecha de 130 millones de toneladas), provocó en los últimos dos meses un incremento de 60 por ciento en las cotizaciones en la bolsa de granos de Chicago.

En México, la producción de maíz se elevó 20 por ciento. Al cierre de este año habrá 24.5 millones de toneladas, suficientes para cubrir la demanda interna de 14 millones de toneladas para el consumo humano, según reportes de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

Por estar sujeto al mercado internacional, el precio del grano mexicano también se elevó. Los productores aseguran que las empresas comercializadoras se resisten a pagar ese incremento, en tanto los molineros afirman que erogan hasta 3 mil 600 pesos por la tonelada de maíz.

Producción nacional, al alza

Durante la primera década de este siglo, la producción de maíz tuvo una tasa media anual de crecimiento de 3.3 por ciento. En el ciclo otoño invierno, 80 por ciento de la superficie sembrada se concentra en Sinaloa, Veracruz, Chiapas, Tamaulipas y Oaxaca, y de dichas entidades, la primera se ha puesto a la cabeza como el aportador de 25 por ciento de la producción, gracias a que ha logrado obtener hasta 14 toneladas por hectárea, frente a un promedio nacional de 2.8, según datos de Sagarpa.

Dicho rendimiento, insisten diversas organizaciones de agricultores, pueden duplicarse e incluso triplicarse sin que ello implique elevar los costos de producción e inversiones, ni recurrir a complicados esquemas tecnológicos y operativos. El abasto del grano no puede verse sólo desde la perspectiva del mercado, no se pueden seguir corriendo riesgos de desabasto, pero tampoco pagar los costos de la voracidad de los especuladores sin importar su tamaño.

Alonso Campos, productor sinaloense e integrante del Consejo Estatal del Sistema Producto Maíz, advirtió: Si seguimos en manos de unos cuantos el país se pondrá de cabeza; es momento de que se revalore la importancia de la agricultura, castigue a los acaparadores, termine con los monopolios y favorezca a los pequeños y medianos agricultores, a quienes se les paga a 2 mil 900 pesos la tonelada de maíz, aunque los precios internacionales rebasan los 3 mil pesos.

Menciona que administradores de las empresas que firmaron con campesinos contratos para la compra de las siembras les avisaron que ahora serán ellos quienes carguen con los costos financieros y de almacenaje; mientras que las erogaciones por internación –que pagan las empresas– han bajado en los últimos cinco años, ya que pasaron de 45 a 20 dólares.

En Sinaloa, dijo, hay grano blanco en las bodegas y los productores están batallando para que les paguen el precio internacional. Las empresas son insaciables, no han comprado ni un kilo de maíz de este año.

Apoyos mal dirigidos

Federico Ovalle Vaquera, dirigente de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, sostuvo que el programa de apoyo al ingreso objetivo y a la comercialización beneficia principalmente a las grandes empresas, pues compran, venden y procesan granos, dentro de las categorías de seguros, almacenamiento, mercados de futuros, transporte, subsidios a la exportación, granos forrajeros para ganaderos y agricultura contractual.

Para 2011, dicho programa tiene asignado un presupuesto de 10 mil 376 millones de pesos, monto que va fundamentalmente a las empresas trasnacionales.

La mayoría de los 3 millones de productores de maíz –que siembran 8 millones de hectáreas y representan 55 por ciento de la población que se dedica a actividades agropecuarias– continúan en condiciones de pobreza y marginación, sin embargo han realizado esfuerzos para lograr mayores rendimientos, expuso la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México.

Si el manejo de cosecha y pos cosecha se realizara de manera más eficiente, al menos 3 millones de toneladas del grano, que son actualmente mermas, podrían incorporarse al consumo humano; el volumen aumentaría en 5 millones de toneladas si se mejorara el sistema de riego en 800 mil hectáreas, agregó.

Manuel Martínez de Leo, director en jefe de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (ASERCA), aseguró que hay suficiente maíz, incluso para cubrir el abasto hasta enero de 2012.

Este año tuvimos menos importaciones de maíz (amarillo) para el sector pecuario, lo que nos da el abasto y una estabilidad para poder funcionar con la oferta del grano para la tortilla sin llegar a tener incrementos abruptos.

Afirmó que hay estabilidad de los precios. “Esperamos que se sigan manteniendo, independientemente de lo que pudiera pasar por las cosechas en otros países; esperamos tener contratadas todas la producción nacional de otoño–invierno, básicamente a finales de enero, y eso nos va a dar una estabilidad durante todo 2011”.