Washington, 21 de diciembre. Toyota pagará la multa máxima de 32.4 millones de dólares relativa a dos investigaciones en Estados Unidos sobre su manejo de una serie de retiros de autos, que afectaron sus ventas y golpearon su reputación de calidad.

El acuerdo pone fin a un año difícil para la mayor automotriz del mundo por el retiro de 11 millones de unidades en territorio estadunidense y por la revelación de problemas a los que expertos en seguridad atribuyen cientos de accidentes y la muerte de decenas de personas.

La firma se mostró dispuesta al pago de esa cantidad en concepto de multa como resultado de dos investigaciones separadas de las autoridades estadunidenses.

Me complace que Toyota haya acordado pagar la pena máxima posible y espero que (...) trabaje a futuro para asegurar la seguridad del consumidor, afirmó el secretario de Transporte de Estados Unidos, Ray LaHood, en un comunicado.

La automotriz declaró que aceptó las multas de la Administración Nacional de Tráfico en Autopistas sin admitir ninguna violación a las leyes, es decir, que el pago no significa un reconocimiento de su culpabilidad en la violación de las normas de seguridad de Estados Unidos.

El acuerdo es una oportunidad para concentrarnos cada vez más en escuchar a nuestros clientes y cumplir sus expectativas de seguridad y confianza, dijo el jefe de calidad de la automotriz para América del Norte, Steve St. Angelo.

Las autoridades estadunidenses acusaron a la firma de haber ocultado los problemas. El Departamento de Transporte estadunidense cesó las investigaciones contra la firma a cambio de otro pago por parte de Toyota. Sin embargo, la japonesa no puede evitar procedimientos civiles o penales a cambio de dinero.

En un caso se trató de problemas con la dirección, que obligó a Toyota a retirar en 2005 casi un millón de automóviles. En otro caso fue un fallo con las alfombrillas situadas en la parte del freno y acelerador, que resbalaban.

Toyota ya pagó 16.4 millones de dólares de multa al gobierno estadunidense, después de que Washington acusara a la firma de haber ocultado problemas en los pedales de aceleración durante meses.

Los diversos problemas técnicos obligaron a la empresa desde el otoño del año pasado a llamar a talleres a más de 11 millones de automóviles en todo el mundo, la mayoría en Estados Unidos, lo que dañó su imagen en todo el mundo.