La Comisión Permanente del Congreso de la Unión citó a comparecer al director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez Coppel, para que explique las causas de la explosión de un ducto en San Martín Texmelucan, Puebla.

La Permanente expresó su consternación y envió un mensaje solidario a los deudos de las 29 personas fallecidas, y se guardó un minuto de silencio por las víctimas.

El punto de acuerdo aprobado incluye un exhorto al titular de Pemex para que gire instrucciones y adopte todas las medidas de seguridad en la zona afectada, atienda a las víctimas, incluyendo las fallecidas, lesionadas y sus familiares, así como para que proceda a la reparación de los daños y responda a sus necesidades y requerimientos.

La comparecencia de Suárez Coppel será ante la Tercera Comisión de la Permanente –Hacienda y Crédito Público, Agricultura y Fomento, Comunicaciones y Obras Públicas– y se espera se pueda realizar la primera semana de enero de 2011.

El PRD, pidió además una investigación sobre los asentamientos irregulares sobre ductos de la paraestatal con la finalidad de reubicarlos para evitar tragedias similares.

El robo de combustible debe ser asunto de seguridad nacional

En el punto de acuerdo del PRI, signado por la senadora María del Socorro García Quiroz y suscrito por el citado grupo parlamentario se destaca que el robo de combustible hasta hace un tiempo era sólo un problema económico que sangraba las cuentas de la empresa; pero dado el siniestro ocurrido el domingo 19 de este mes es menester considerar esta conducta delictiva como de seguridad nacional.

La senadora indica en su punto de acuerdo que resulta preocupante que el robo de combustible de la red de suministro de Pemex se haya convertido en práctica común, tanto por particulares como por el crimen organizado. Sólo la semana pasada se informó de la existencia de un túnel de más de 200 metros de longitud construido en el poniente de la ciudad de México, con la finalidad de ordeñar un oleoducto que pasa por esa zona.

García Quiroz destacó que la falta de capacidad del gobierno federal para vigilar los cientos de kilómetros de tubos y cañerías por donde fluye la gasolina proveniente de Pemex no debe ser excusa para que este tipo de desgracias siga ocurriendo.

El robo sistemático de combustible a que Pemex se enfrenta podría significar la pérdida hasta de 10 por ciento de la producción total de la paraestatal.