Con la patria de pretexto se hicieron recitales, estrenos mundiales y proyectos de rescate
Destaca la reapertura de la sala principal de Bellas Artes y de la Neza, tras su remozamiento
Este 2010 regresaron a los escenarios los tenores Rolando Villazón y Plácido Domingo
Domingo 26 de diciembre de 2010, p. 3
El 2010 será recordado en México como un año en el que prácticamente nada se escapó, incluida la actividad artística, de llevar por pretexto o membrete las conmemoraciones por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.
A lo largo de estos 12 meses del institucionalmente denominado Año de la Patria
, y cobijados por ese ánimo conmemorativo, en el terreno de la música de concierto se efectuaron a diestra y siniestra proyectos de rescate histórico de obras, grabaciones de discos con ese tipo de materiales, comisiones y estrenos mundiales de partituras de compositores mexicanos, así como numerosos conciertos y recitales, además de conferencias.
Polémica totalmente Palacio
Entre todo ese torbellino de festejos, destaca la reapertura de la sala principal del Palacio de Bellas Artes, el pasado 19 de noviembre, luego de dos años y medio de permanecer cerrada por obras de renovación y remozamiento, cuyo costó alcanzó 700 millones de pesos.
Los resultados de esa intervención se mantienen hasta la fecha en el candelero de la polémica pública, con diversos sectores de la sociedad que los consideran mal hechos mientras las autoridades culturales los defienden a ultranza.
Si un aspecto resaltó la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Teresa Vicencio, incluso días antes de la reinauguración del recinto, fue el mejoramiento de la calidad acústica de la sala, de lo cual hicieron eco el Presidente de la República, Felipe Calderón, y la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, durante la ceremonia protocolaria de apertura.
Expertos y melómanos han admitido el cambio positivo que experimenta la sala en términos acústicos. Sin embargo, apenas cuatro días después de reabrir al público, la Orquesta Sinfónica Nacional suspendió un par de conciertos debido a problemas con la nueva concha acústica que, a la fecha, según personal de esa agrupación y técnicos del palacio, no han sido resueltos del todo.
Después de dos años y medio de ausencia, por los ya mencionados trabajos, el arte operístico regresó al máximo escenario cultural y artístico del país, el Palacio de Bellas Artes, con Fidelio, única obra de Beethoven dentro de ese género.
Con esta puesta en escena, a cargo de Mauricio García Lozano en la dirección escénica y de Jorge Ballina en la escenografía, se puso a prueba la nueva mecánica teatral de la sala, y aunque los creadores debieron superar diversos contratiempos por el desconocimiento en el manejo de esa nueva tecnología, el balance de las cinco funciones de ese título, efectuadas entre el 5 y el 19 de diciembre, puede considerarse más que positivo.
Esta obra, dicho sea de paso, marcó la reaparición en escenarios nacionales del tenor Francisco Araiza, uno de los más grandes cantantes mexicanos de todas las épocas, quien festejó con este montaje 40 años de trayectoria artística.
Como hace 34 años
Otro emblemático recinto musical que reabrió sus puertas este 2010, el 10 de abril, tras ser sometido a un proceso de mantenimiento mayor
durante tres y medio meses, fue la Sala de conciertos Nezahualcóyotl, considerada la joya del Centro Cultural Universitario.
Las obras, cuyo presupuesto giró en torno de 35 millones pesos, formaron parte del programa para conmemorar el centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y estuvieron orientadas a recuperar el esplendor con el que la sala fue inaugurada el 30 de diciembre de 1976.
Si bien durante la intervención, entre algunos sectores prevaleció cierto temor de que las obras afectaran la incomparable acústica que ubica a la Neza entre las principales de Iberoámerica y una de las mejores 70 del mundo, finalmente quedó sólo en eso, en temor infundado.
Conforme a lo proyectado, ninguna de las especificaciones originales del recinto fueron modificadas. Se conservó el diseño de las sillas; el acabado de los muros de madera, que están proyectados para que reflejen de determinada manera el sonido; los acrílicos del panel panóptico, y la cámara acústica que está debajo del escenario.
En una palabra, se conservó el diseño original; sólo se dio mantenimiento mayor, porque después de tantos años, todos los inmuebles lo requieren
, explicaron en aquel entonces los responsables de los trabajos.
La sala fue reabierta con una inolvidable gala de Ramón Vargas y la Orquesta Filarmónica de la UNAM.
Dos ansiadas reapariciones
Este 2010 sirvió de contexto para que dos de los más importantes tenores del panorama operístico mundial, el mexicano Rolando Villazón y el español Plácido Domingo, reaparecieran en los escenarios luego de mantenerse alejados por problemas de salud.
El regreso de Villazón, quien tiene 38 años, ocurrió el 22 de marzo en Viena, Austria, con la ópera El elíxir de amor, después de mantenerse inactivo profesionalmente durante 2009 por una afección en su garganta sobre la que se llegó a correr la especie de que era cáncer.
Esa versión fue descartada por el cantante el pasado junio, durante la promoción en el país de su disco ¡México!, la cual hizo con un concierto en el Auditorio Nacional, el 17 de ese mes. Esta visita ocurrió luego de cinco años de su más reciente actuación en escenarios nacionales.
Grabado por el sello Deutsche Grammophon, en el citado álbum Villazón interpreta una selección de 16 de las mejores canciones de la música popular mexicana, entre ellas de Agustín Lara, Consuelo Velázquez, María Grever y Manuel M. Ponce.
En una visita que efectuó a México a principios de agosto, para ofrecer un recital en la capital de Durango, el tenor Plácido Domingo aseguró que vencer al cáncer ha sido el mayor triunfo
de su vida, que en enero llegará a 70 años.
Esta enfermedad le fue diagnosticada en el colón en febrero de este año, durante una gira por Japón, y fue intervenido quirúrgicamente a las dos semanas, razón que el tenor calificó de esencial para su pronto restablecimiento.
La convalecencia del artista duró sólo un par de meses y su reapación artística ocurrió el 15 de abril, en la Scala de Milán, con la puesta de Simón Boccanegra, de Giuseppe Verdi.
Cuatro óperas y un controvertido reality show
En lo que se trata de un proyecto largamente acariciado, Plácido Domingo protagonizó el pasado 24 de septiembre el estreno mundial de la ópera Il Postino, cuya escritura fue comisionada por el tenor español al compositor mexicano Daniel Catán.
Basada en la figura del poeta chileno Pablo Neruda, este título marcó el comienzo de la temporada la Ópera de Los Ángeles (Estados Unidos), de la cual Domingo es director, y según afirmó en cierto momento el cantante existen posibilidades de que el montaje sea traído a México.
La obra tiene como punto de partida la novela Ardiente paciencia, del también chileno Antonio Skármeta, que cuenta la relación del famoso vate con un humilde cartero en tiempos políticos convulsos, además de que recupera elementos de la película italiana Il Postino, basada en aquel mismo libro.
Además de la ya mencionada puesta de Fidelio, en el terreno operístico nacional destaca el montaje de Únicamente la verdad. La verdadera historia de Camelia, La Tejana, en marzo, en el teatro Julio Castillo, como parte de Fmx-Festival de México.
Si bien no fue estreno absoluto, debido a que ya había sido presentada anteriormente una versión reducida en Estados Unidos, esta obra de la mexicana Gabriela Ortiz, con la cual debutó en este género, tuvo muy buena acogida entre el público y la crítica.
La intención de la compositora, lo mismo que de su hermano Rubén, quien se encargó del libreto, consistió en explorar cómo se crea un mito popular, para lo que decidieron retomar diversas versiones sobre ese famoso personaje femenino del corrido Contrabando y traición.
Finalmente, la asociación que Camelia, La Tejana, tiene con el mundo del narcotráfico, y toda la violencia inherente a éste, propició que a la postre los hermanos Ortiz concibieran una obra artística que resulta un fiel y crudo espejo o retrato de lo que hoy tristemente define la realidad mexicana: narcotráfico, ejecuciones sangrientas, violencia compulsiva, inmisericordia, según se reseñó en estas páginas en aquellas fechas.
Otra ópera de un compositor mexicano, cuyo estreno mundial tuvo lugar este 2010, el 27 de octubre, fue Antonieta, de Federico Ibarra, basada en la vida de Antonieta Rivas Mercado, mecenas de las primeras décadas del siglo XX, cuya vida se vio malograda al suicidarse de un disparo en la catedral de Notre Dame, en París.
La creación de este título, que cuenta con libreto de Verónica Musalem, le fue comisionada por el Sistema Nacional de Fomento Musical.
Aunque con más pena que gloria, la Compañía Nacional de Ópera comenzó en febrero su temporada anual con el restreno de Tata Vasco, con un doble propósito: rendir homenaje a su autor, el michoacano Miguel Bernal Jiménez, en el centenario de su natalicio, al tiempo de inscribirla como parte de los festejos del gobierno federal por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.
Esta pieza fue escrita para la celebración del cuarto centenario de la llegada a Pátzcuaro del primer obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga.
Con un costo de 8 millones de pesos, uno de las más controvertidos proyectos de estos 12 meses dentro del llamado bel canto tuvo lugar con el concurso Ópera prima. Las voces del bicentenario, reality show producido por Canal 22 en el contexto de las conmemoraciones patrias de 2010, con el propósito de promover a los jóvenes intérpretes nacionales, así como de difundir ese arte escénico y formar nuevos públicos
.
En total fueron 22 los participantes en este certamen, quienes durante ocho semanas, del 9 de mayo al 27 de junio, recibieron asesoría técnica y artística, y fueron examinados semanalmente mediante recitales públicos, todo lo cual fue registrado y transmitido por la televisora cultural en su horario estelar. La soprano regiomontana Patricia Santos resultó la triunfadora.
Encore de datos
Por tercer año consecutivo, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) se mantuvo este 2010 acéfala de director titular, y la Secretaría de Cultura del Distrito Federal no ha anunciado cuándo nombrará a quien se hará responsable de ese cargo, vacante desde que Enrique Barrios terminó su contrato en diciembre de 2007 y no le fue renovado.
Otra agrupación capitalina que ha comenzado su proceso de selección de director titular es la Orquesta Filarmónica de la UNAM, luego de que el músico galés Alún Francis estuvo por última ocasión al frente de ella el 23 de septiembre, en el concierto conmemorativo del centenario de la máxima casa de estudios.
La Orquesta de Cámara de Bellas Artes también deberá iniciar un proceso de auscultación para encontrar al sucesor del director Jesús Medina, quien en días recientes anunció que su ciclo había llegado a su fin tras permanecer ocho años y medio en el podio de ese grupo musical.
El pasado 14 de diciembre, las autoridades del INBA por fin anunciaron la designación del nuevo responsable de la Coordinación Nacional de Ópera, la cual se mantuvo sin responsable oficial desde el 15 de septiembre.
El nombramiento recayó en el compositor Jaime Ruiz Lobera, quien de manera interina se encargaba de la agrupación. A la par del nombramiento, el instituto dio a conocer que el nuevo coordinador será auxiliado por un Consejo artístico, integrado por María Teresa Rodríguez, José Areán y José Octavio Sosa.