La popularidad de la actriz alcanzó a Hitler, quien intentó seducirla y fue rechazado
Cantó junto a Carlos Gardel en las películas La casa es seria y Melodía de arrabal
En sus inicios fue amadrinada por la cupletista Pastora Imperio, de quien tomó su nombre
Domingo 26 de diciembre de 2010, p. 7
Madrid, 25 de diciembre. Fue estrella de la gran pantalla entre las décadas de los años 30 y 50. Este domingo se cumplen cien años del nacimiento de Imperio Argentina, la actriz compartida por España y Argentina que el dictador alemán Adolf Hitler llegó a adorar.
Nació el 26 de diciembre de 1910 como Magdalena Nile del Río, aunque algunos biógrafos ubican este acontecimiento en 1906. Su llegada al mundo fue en Buenos Aires, en el barrio de San Telmo, durante una gira de sus padres, el guitarrista Antonio Nile y la actriz Rosario del Río, ambos españoles.
Fue amadrinada
por la bailarina y cupletista española Pastora Imperio, en honor quien se hizo llamar Petit Imperio, en sus inicios artísticos. Éstos fueron tempranos, pues debutó en los escenarios con sólo siete años.
El gran comienzo de Imperio Argentina –en realidad el segundo– fue en el teatro Romea de Madrid, en 1924. Allí la vio actuar el escritor Jacinto Benavente, quien, encantado con el arte de la joven, la rebautizó con el nombre con que se le conoció mundialmente.
La hermana San Sulpicio
En 1927 el director de cine Florián Rey la escogió para interpretar La hermana San Sulpicio (1927), película muda basada en la novela de Armando P. Valdés. En 1928 fue a Alemania para filmar Corazones sin rumbo, de la cual sólo se conservan algunos minutos.
Entre los años 30 y 50 marcó un hito en el mundo del espectáculo, cuando interpretó numerosas cintas, de la mano de Florián Rey, quien fue su primer esposo. Recorrió el mundo con sus canciones, convertida en una de las cantantes hispanoparlantes más conocidas en el panorama internacional.
En cine sonoro filmó El profesor de mi mujer (1930), Cinépolis (1931) y otros filmes. La Paramount la contrató para actuar con Carlos Gardel en La casa es seria (1930) y Melodía de arrabal (1932), cinta con la que llegó al estrellato en las pantallas latinoamericanas.
También protagonizó varias películas españolas en Berlín durante la época del nazismo, en coincidencia con la Guerra Civil española.
Existieron muchos rumores sobre un supuesto romance de Imperio con Hitler, que la diva siempre rechazó. Según su testimonio, el dictador alemán intentó seducirla, pero ella respondió con indiferencia. En mi vida ha habido muchos hombres, pero sólo me he acostado con ellos por amor. Si Hitler me hubiera gustado, también me hubiera ido a la cama con él
, dijo alguna vez.
Hitler quedó tan encantado al ver una de sus películas, en los albores del cine sonoro, que ordenó a su ministro de Propaganda, Josef Goebbels, que invitara a Alemania a la actriz y a su descubridor.
En el contexto de la iniciativa Hispano-Film Produktion, los estudios berlineses sirvieron de fondo para películas típicas españolas como Noches andaluzas, con Imperio en el papel protagónico.
La actriz trabajó también con el realizador italiano Luchino Visconti, conoció a Marlene Dietrich y, como se dijo antes, cantó con Carlos Gardel. Ella misma confesó que si tuviera que quedarse con alguna canción ésta sería Caminito campero, interpretada junto a Gardel. “Soy la única que cantó con Gardel, porque no le gustaba hacerlo con mujeres aunque le fascinasen, ya que no era mariquita”, llegó a decir.
Imperio grabó canciones con el guitarrista y vocalista Rafael Medina para el sello Parlophone y también melodías cubanas diversas y la versión de un éxito del cine estadunidense, Carioca, baile de moda que popularizaron en 1933 Fred Astaire y Ginger Rogers en Volando a Río.
La transición de la dictadura a la democracia en España apagó en parte su popularidad. Era la época del destape
en el cine, un género alejado de sus trabajos para la gran pantalla. Algunas veces se le recriminó su afinidad con el franquismo.
Después de poco más de 20 años alejada de los escenarios, Imperio Argentina regresó a las tablas en 1992, con motivo de la Exposición Universal de Sevilla, donde participó en el espectáculo Azabache.
Para entonces ya había vuelto a rodar: Tata mía, de la mano de José Luis Borau, y El polizón de Ulises, de Javier Aguirre.
En Malena Clara, sus memorias escritas en 2001 por el dramaturgo Pedro Villora, Imperio Argentina hizo un balance de su vida. He conocido el éxito, pero sé también lo que es el fracaso. He amado, pero alguna vez he sido traicionada; incluso he padecido lo peor que le puede ocurrir a una madre: dos hijos he tenido y los dos han muerto ya
.
En enero de 2003, una angina de pecho la obligó a anunciar una semirretirada
de los espectáculos. Pocos meses después, el 22 de agosto de ese año, murió en la localidad malagueña de Benalmádena, en la que residió durante el último cuarto de siglo de su vida. Tenía 92 años.