Jos, 25 de diciembre. Las autoridades nigerianas intentaban hoy contener la violencia que sacude al país, tras una serie de atentados con bomba y ataques contra iglesias que provocaron la muerte de 38 personas la víspera de Navidad.

Un total de 32 personas murieron y 74 resultaron heridas como resultado de siete explosiones en dos lugares diferentes de la ciudad de Jos, en el centro del país, que marca el límite entre el norte mayoritariamente musulmán y el sur principalmente cristiano, según la policía local.

La mayoría de las víctimas realizaba compras navideñas cuando ocurrieron los hechos.

La víspera de Navidad se registraron siete explosiones en dos localidades diferentes por artefactos de fabricación casera que aparentemente contenían dinamita, señaló Abdulrahman Akano, comisario de la policía, en la región de Jos, azotada con frecuencia por la violencia sectaria que las autoridades aseguran ha sido avivada por cuestiones políticas.

Es la primera vez que explosivos de esta magnitud son utilizados, señaló Akano. Añadió que la policía no ha podido determinar quién ocasionó las detonaciones.

En tanto, en la ciudad de Maiduguri, presuntos miembros de la secta islamita Boko Haram atacaron tres iglesias, quemando una de ellas y ocasionando la muerte de seis personas, informó un portavoz del ejército nigeriano.

En el norte del país, los ataques contra iglesias de Maiduguri son los últimos actos de violencia atribuidos a la secta Boko Haram, nombre que significa la educación está prohibida, que se presume tiene vínculos con Al Qaeda.

En un ataque a una iglesia bautista, cinco fieles, de los cuales uno era sacerdote, fueron asesinados, dijo un portavoz militar.

En otro lugar de la ciudad, considerada un feudo islamita, un guardia fue asesinado por presuntos miembros de la Boko Haram, que habían atacado otra iglesia, añadió el ejército.

Algunos soldados nigerianos lograron impedir otro ataque contra una tercera iglesia de Maiduguri, según la misma fuente.

Para el gobernador de Plateau, John David, el objetivo de los instigadores es azuzar a los cristianos contra los musulmanes y desencadenar otro ciclo de violencia con el fin de sabotear las actividades pre electorales.

La ciudad de Jos se encuentra en una región central de Nigeria, y ha sido con frecuencia el escenario de tensiones étnicas y religiosas en el país africano.

Grupos de derechos humanos afirman que unas mil 500 personas han muerto en Jos y varios observadores han advertido que la tensión podría aumentar allí y en otras zonas del país antes de las elecciones previstas para abril.