Para los productores de tabaco de Nayarit, Veracruz, Chiapas y Jalisco su actividad ha dejado de ser negocio. Vivimos de ilusiones: sembrar tabaco es cada vez menos rentable; el incremento del impuesto lo cargamos nosotros y los consumidores, no las empresas que fijan el precio de la hoja, expresó Rodolfo Coronado Montaño, presidente de la Asociación Rural de Interés Colectivo (ARIC) Tabacalera en Nayarit.

Para evitar que el incremento del precio de los cigarrillos siga mermando la actividad, los productores lograron una asignación de 15 millones de pesos en el presupuesto de egresos 2011 para iniciar la reconversión productiva de algunos cientos de las 3 mil hectáreas que dejarán de sembrarse y provocarán la pérdida de 30 mil empleos; tres veces más de los que se perdieron en una década.

El monto asignado es un respaldo mínimo, pero servirá para salvaguardar 20 mil empleos directos e indirectos en Nayarit y en otras regiones tabacaleras, consideró. En 1990, la ARIC se fundó con 12 mil integrantes, de los cuales sólo quedan 2 mil 800, lo cual revela la caída de la producción del tabaco en tierra nayarita, conocida como la Costa de Oro, por la bonanza económica generada por dicha actividad.

Actualmente British American Tobacco, Tabacos Desvenados y Tabaco del Pacífico Norte son las que compran la mayor parte de la producción, cuyo precio de la cosecha pasada fue de 25.75 pesos el kilo de tabaco burley y de 29.30 pesos el virginia. Esperan les vaya mejor en las negociaciones para fijar los precios de la cosecha del ciclo otoño invierno 2010-2011.

El gobierno federal convino con la Organización Mundial de Salud reducir el consumo de tabaco del país. Cumplió ante el organismo internacional, pero no con los campesinos, quienes no han recibido apoyos para la reconversión del cultivo del tabaco; el presupuesto asignado para el próximo año fue producto de una lucha de los legisladores del sector campesino en la Cámara de Diputados, apuntó.

La mayoría de los casi 4 mil productores de tabaco que quedan en Nayarit –de los 25 mil que había hasta finales de la década de los 80– siembran entre 1.9 y 2.3 hectáreas, el resto de sus superficies que van de cinco a 10 hectáreas las destinan a las siembras de hortalizas y frijol. Los campesinos siguen con las plantaciones de tabaco para no perder la cobertura del seguro social y ante la posibilidad de tener una pensión, pero cada vez son menos los que siembran tabaco y quienes continúan son de edad avanzada, explicó Miguel Luna Hernández, dirigente de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas.

La debacle comenzó en 2000

La debacle del cultivo inició con los gobiernos panistas. Durante la administración de Vicente Fox dejaron de sembrarse 15 mil hectáreas. Entre 2008 y septiembre de 2010, la producción se redujo en poco más de 5 mil toneladas. Sagarpa estima que en Nayarit 6 mil hectáreas de tabaco pueden reconvertirse y en Veracruz, mil 360 hectáreas. El proceso culminará en 2012, con una inversión total de 38 millones de pesos sólo en Nayarit.

Las empresas tabacaleras advirtieron a los productores que el próximo año reducirán inversiones, pues prevén que habrá contracción del consumo derivado de los constantes incrementos en los impuestos. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el año pasado las importaciones de tabaco se elevaron en 36 por ciento, al colocarse en 284 millones 714 mil dólares, mientras en 2008 fueron de 179 millones 706 mil dólares.