Martes 28 de diciembre de 2010, p. 17
La embajada de Estados Unidos en Nueva Zelanda intervino en julio de 2004 ante el gobierno de ese país para impedir que el documental Farenheit 9/11, del cineasta Michael Moore, fuera presentado en un acto político-cultural de recaudación de fondos del Partido Laborista, según un memorando difundido en el sitio de Wikileaks.
A los diplomáticos estadunidenses les llamó la atención que la ministra del Medio Ambiente, Marian Hobbs, apareciera como copatrocinadora de la actividad en Wellington, la capital neozelandesa, y entonces se dieron a la tarea de llamar a la oficina de la primera ministra Helen Clark, donde no tenían ni idea de los planes de un grupo de laboristas que pretendían exhibir la cinta donde Moore maneja la hipótesis de que el presidente estadunidense George W. Bush sabía de antemano sobre los ataques a Nueva York y Washington del 11 de septiembre de 2001.
Pese a la intervención diplomática, la actividad político-cultural se realizó finalmente con la asistencia de Hobbs, pero sin que fuera presentada como copatrocinadora.