Cultura
Ver día anteriorViernes 31 de diciembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Balance 2010

Finalmente, Guillermina Bravo será homenajeada en febrero de 2011

Este fue un año de resistencia para las compañías de danza del país
 
Periódico La Jornada
Viernes 31 de diciembre de 2010, p. 4

Este año, la danza en México enfrentó momentos difíciles debido al escaso presupuesto que manejó. Las compañías e instituciones educativas del país requieren mayores recursos para subsistir.

El caso de la precaria situación económica que atraviesa el Colegio Nacional de Danza Contemporánea, que fundó en 1991 la decana Guillermina Bravo, en Querétaro, es un ejemplo de lo que sucede en el gremio.

La maestra Bravo celebró el pasado 13 de noviembre 90 años de vida. Sin embargo, no hubo festejo, porque su prioridad fue sacar adelante la escuela, así que prefirió que el presupuesto destinado para el homenaje organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, 850 mil pesos, se utilizara para solventar algunos gastos del colegio.

Sin embargo, ese dinero no resolvió la situación financiera, ya que para funcionar de manera óptima, la escuela requiere un presupuesto anual de 6 millones de pesos.

En una entrevista publicada en La Jornada, Guillermina Bravo lamentó que de nada sirva el tiempo que ha luchado por conseguir apoyos económicos para su trabajo, porque mendiga para sacar adelante a su escuela.

Ante la situación de la institución, una de las más importantes del país, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes firmó un acuerdo con el Colegio Nacional de Danza Contemporánea con miras a enfrentar el problema presupuestal que padece el plantel, pero aún es incierto el futuro de la institución educativa.

La Coordinación Nacional de Danza finalmente anunció que el homenaje nacional con motivo del 90 aniversario de Bravo se realizará el 19 de febrero de 2011 en el Palacio de Bellas Artes, con la participación de las coreógrafas Rossana Filomarino, Lidya Romero, Bárbara Alvarado y Claudia Lavista.

Casos Guerrero y Coahuila

Otro polémico tema en este año fue la creación del Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac). Se realizó una convocatoria para elegir al nuevo director de la institución, pero sólo se presentaron tres proyectos que no reunían el perfil, según explicaron los integrantes del Consejo Artístico Asesor (integrado por Alberto Dallal, Rossana Filomarino, Claudia Lavista y Gabriela Medina), así que se propuso una terna al Instituto Nacional de Bellas Artes para seleccionar a un ganador.

El Ceprodac se ubicará en el tercer piso de lo que era la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, en la calle San Fernando, en la colonia Guerrero, que actualmente ha sido remodelado.

Un caso más de resistencia en el mundo dancístico es el que atraviesa la Escuela de Danza Contemporánea de Torreón, bajo la dirección de Jaime Hinojosa, porque no cuenta con apoyos económicos y los estudiantes asisten a clases en el foro principal y una galería del teatro Isauro Martínez de esa entidad, mientras los bailarines de la compañía Mezquite, integrada por la primera generación egresada de la institución, ensayan en otros lugares del espacio escénico.

Hinojosa denunció que en enero de este año los maestros y alumnos fueron desalojados del Centro de Iniciación Artística Pilar Rioja (Cinart) donde se habían instalado la escuela y la compañía de danza.

Desde hace 12 años, la institución educativa es el único proyecto artístico en Coahuila donde se puede obtener un título profesional en artes escénicas.

Según la Encuesta de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales, 83 por ciento de 32 mil personas entrevistadas aseguró que no le interesa estudiar alguna carrera, curso o taller relacionados con la danza, reflejo de la educación artística en el país.

De los encuestados a los que sí les gustaría estudiar un género dancístico (9.2 por ciento), a 29 por ciento les interesa la danza folclórica y tradicional, a 25 por ciento el ballet clásico y a 12 por ciento la contemporánea.

La muerte del bailarín y coreógrafo japonés Kazuo Ohno, uno de los fundadores de la danza butoh, también enlutó 2010. La obra de Ohno es considerada referente cultural por evocar la oscuridad y decadencia humanas.

Entre las publicaciones relacionadas con el desarrollo de la disciplina dancística, este año se editaron los libros Diccionario biográfico de la danza mexicana, coordinado por César Delgado Martínez, que permite conocer y reconocer a quienes con pasión y esfuerzo han construido la danza en el país.

El diccionario abarca los nombres de personajes, instituciones y foros que han promovido y abierto sus puertas a los distintas propuestas de este quehacer artístico. Son mil 500 entradas, en más de 400 páginas ilustradas con más de 200 fotografías.

A su vez, el periodista Juan Hernández Lara publicó el libro Barro Rojo arte escénico (1982-2007), resultado de cinco años de investigación en torno a un grupo que muchos especialistas consideran un caso único desde su origen.

Se trata de una compañía fundada por Arturo Garrido, militante de la izquierda, que llega a México desde la Universidad de Guerrero, sostuvo el autor.

Hernández comentó a este diario que la danza en el país vive uno de sus peores momentos en términos creativos: no hay compañía que sorprenda, pero no es un problema de la disciplina, sino de las políticas culturales y de la postura de los propios artistas frente a su quehacer.