Uno de los realizadores más sobresalientes de la cinematografía francesa de la última mitad del siglo XX, Claude Chabrol, es homenajeado en la Cineteca Nacional, con la proyección de una retrospectiva conformada por 24 producciones, que concluirá el 31 de enero.

Contemporáneo de otros grandes franceses del séptimo arte, como Jean-Luc Godard, François Truffaut y Eric Rohmer, con quienes compartía largas tertulias en los cineclubes de París, Chabrol abandonó la carrera de farmacéutico para entregarse a la crítica cinematográfica. Además de trabajar como publicista para la 20th Century Fox gala, fue uno de los críticos más constantes de Cahiers du Cinema, una de las publicaciones más prestigiosas.

Gracias a su matrimonio con una mujer adinerada, tuvo los medios para producir El bello Sergio (1958) –cinta que abrió la retrospectiva–, centrada en el rencuentro de un par de amigos en una historia marcada por la melancolía y la decepción. Este, su primer largometraje, inauguró la nouvelle vague francesa, movimiento que impulsó el cine de autor.

Denuncia hipocresía

Las cintas de Chabrol se caracterizan por su denuncia de la hipocresía de la alta burguesía rural francesa. Hace un retratro que dibuja con ironía y sentido del humor retorcido, desafiando con sus planteamientos la moral del espectador, como lo hizo en Los primos (1958), su segundo largometraje, en el que confronta a un par de personajes opuestos en cuanto a educación y valores. Así en Las viejas (1960) muestra la historia acerca de cuatro jóvenes alienadas por la mediocridad del entramado social; en El ojo del diablo (1962) construye una atmósfera amenazante con protagonistas siniestros, y en Las dulces amigas (1968) –obra clave del realizador–retoma la doble moral de la burguesía francesa.

Chabrol fue un entomólogo de las emociones humanas como se aprecia en los filmes de la retrospectiva: La mujer infiel (1969) y La ruptura (1970), estudios sobre las instituciones de la familia y el matrimonio burgueses; El carnicero (1970), que parte de la premisa de que todos llevamos un criminal dentro; Nadie es perfecto y Señor Bebé (1974), episodios de la serie televisiva Historias insólitas; El caballo de orgullo (1980), que recrea la Gran Bretaña de antes y durante la Primera Guerra Mundial; Pollo al vinagre (1985), thriller policiaco, y Máscaras (1987), análisis sobre la doble moral.

Un asunto de mujeres (1988) marcó su colaboración con Isabelle Huppert, quien junto a Stephane Audran, fue una de sus musas. Huppert encarnó en 1991 a Madame Bovary en el filme del mismo nombre, en el cual Chabrol denuncia el mortal aburrimiento de la burguesía rural.

Otros de los títulos son Gracias por el chocolate (2000), La dama de honor (2003), La comedia del poder (2007), Una dama para dos (2007), El inspector Bellamy (2009) y Claude Chabrol, el entomólogo (1991).

Una selección de las películas mencionadas se exhibirá posteriormente en las instalaciones de la Sociedad del Cine Tlatelolco.