Con descuentos de 60 por ciento, aceptación de vales de despensa y pagos semanales, comerciantes, locatarios de mercados públicos y hasta ambulantes ofrecieron ayer la gran cantidad de juguetes que les quedaron, a fin de recuperar su inversión.

La escasez de dinero de los capitalinos, los altos costos de los juguetes y la posibilidad de pagar con tarjeta de crédito hasta 13 meses sin intereses provocó que muchos de estos negocios se quedaran con más de la mitad de la mercancía adquirida para el día de Reyes.

“Nunca, nos había ido tan mal. Hubo mucha gente hasta bien entrada la mañana recorriendo lugares y preguntando precios de consolas, videojuegos, patinetas, celulares y muñecos sobre todo de Toy Story, que fueron los primeros que volaron, pero compraban lo menos”, comentaron encargados de comercios ubicados en el primer cuadro de la ciudad.

Una situación similar se presentó entre locatarios de los mercados Río Blanco, Casas Alemán, Valle Gómez y Rastro Viejo, a quienes en esta temporada se les permite ampliar sus puestos hasta la calle y ofrecer juguetes y los llamados aguinaldos, que tampoco lograron vender, aún cuando su costo por los dulces y galletas que contenían, oscilaban entre 10 y 20 pesos.

La única salida que encontramos fue bajarnos a precio de costo, recibir vales de despensa u ofrecerlos en abonos chiquitos, “pues el banco no te espera y mucha de la mercancía la compramos con un tarjetazo y no logramos siquiera sacar lo invertido. De veras que nos fue de la fregada y eso que ya pasó la crisis, según el gobierno”, afirmaron Teresa y Nicolás.

Al igual que ellos, José pensaba destinar sus ganancias de la venta de consolas y videojuegos para ponerse al corriente en el pago de colegiaturas de sus hijos. Ahora, ni eso, porque me quedé endrogado con más de 30 mil pesos y eso que los juegos para el X Box, Wii, PSP y Nintendo los estábamos dando entre 300 y 800 pesos, 30 por ciento menos que en los centros comerciales, pero ni así salieron, dijo.

También, los ambulantes “nos las vimos negras, porque sí había muchísima gente, pero nada más enchinchando, porque no compraban y sí lo hacía, eran los muñecos, patines o patinetas chinos, que son más baratos que el Fisher Price, Hasbro o los americanos. O, de plano, se llevaban una pelotota, un rompecabezas o una bota de dulces a sus hijos para no dejar, ante la falta de dinero y lo costoso de los juguetes, que eso ya no depende de nosotros”, explicó Adriana.

Así que a diferencia de otros años, donde era común observar a los niños con sus juguetes nuevos, ayer fueron pocos los que presumieron su bicicleta, patineta, carros o motocicletas eléctricos, o sus muñecos de la película de Toy Story o de acción.