Sábado 8 de enero de 2011, p. 19
Sidney, 7 de enero. La industria carbonífera de Australia podría sufrir meses de trastornos después de que las inundaciones dañaron rutas y vías férreas, mientras que la reparación de la infraestructura podría tardar años, informaron este viernes las autoridades.
Las inundaciones anegaron minas en el estado de Queensland, lo que paralizó la producción exportable de carbón en 35 por ciento, que equivale a 259 millones de toneladas del mineral.
Australia provee dos tercios de las exportaciones globales de carbón de coque, necesario para la producción de acero.
Hasta que las condiciones climáticas mejoren, la situación podría deteriorarse todavía más. Las exportaciones de Australia tardarán en normalizarse al menos un par de meses
, indicaron las autoridades.
Las inundaciones han afectado una superficie equivalente a las de Francia y Alemania juntas.
Tres personas murieron y al menos 40 ciudades están aisladas o parcialmente bajo agua luego de las peores inundaciones en 50 años, y los daños causados están estimados en al menos 5 mil millones de dólares.
Los meteorólogos australianos pronostican más lluvias para este fin de semana en Queensland.
No obstante, ya comenzó a registrarse una disminución de los niveles de agua en algunas localidades lo que permitió el regreso a sus hogares de varios residentes, que comprobaron la destrucción de sus propiedades.
Problemas en Malasia y Filipinas
Por otro lado, al menos 3 mil personas fueron desalojadas en Malasia, víctimas de las recientes inundaciones provocadas por las precipitaciones que afectan el país, reportaron fuentes oficiales.
Las autoridades anunciaron el establecimiento de varios centros para damnificados y revelaron que en algunas zonas aún el nivel del agua permanece hasta 9.9 metros de alto mientras varios ríos tienen estado de alerta.
A su vez, la cifra de damnificados por las inundaciones que afectan el este y el sur de Filipinas ascendió a más de 470 mil, informó el Consejo Nacional de Manejo y Reducción de Desastres.
Según el reporte más reciente, unas 92 mil familias sufren afectaciones por las constantes lluvias, que han dejado 26 muertos y pérdidas económicas millonarias.
Las islas de Leyte, Samar y Mindanao figuran entre las más golpeadas por las riadas y los deslizamientos de tierra.
La situación en Mindanao resulta más compleja tras la aparición de un brote de sarampión, con un saldo de tres niños muertos en dos poblaciones rurales.