La vigilancia de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) sobre el programa nuclear brasileño ocasionó un conflicto entre los ministerios de Defensa y del Exterior, según cables diplomáticos estadunidenses difundidos por Wikileaks y divulgados ayer por el periódico Folha de Sao Paulo.

El momento más crítico, según el rotativo, tuvo lugar a comienzos de 2009, cuando el ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, dijo al embajador de Estados Unidos en Brasil, Clifford Sobel, que era él, y no los miembros del ministerio del Exterior, quien debía conducir la negociación acerca de las inspecciones del organismo en el país.

De acuerdo con los cables, Jobim estaba indignado porque la AIEA quiso entrevistar a Dalton Ellery Barroso, investigador del centro tecnológico del ejército brasileño y autor del libro La Física de los Explosivos Nucleares, en el que describe el funcionamiento de una ojiva estadunidense.

La agencia tenía interés en saber si Barroso obtuvo informaciones de un científico extranjero o si realizó pruebas en algún laboratorio, ambos casos apuntados como violaciones al Tratado de No Proliferación Nuclear. Los diplomáticos del ministerio del Exterior eran favorables al encuentro.