Descalificar las cifras de migrantes secuestrados que ha dado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en vez de avanzar en la protección de dicho sector vulnerable, es una forma irresponsable y poco seria del gobierno federal de distraer la atención sobre este grave problema, coincidieron académicos y activistas especializados en el tema.

Leticia Calderón, docente del Instituto Mora, señaló que el secretario técnico del Consejo de Seguridad Pública, Alejandro Poiré, está siendo absolutamente irresponsable al tratar de encubrir el debate al respecto.

La metodología no cuenta el dolor de las personas, y es inaceptable que con ello desvíen la atención, cuando el asunto principal no es si son 10 mil secuestrados o 100 mil. Es una salida falsa del gobierno, muy poco seria, y no contribuye al debate, cuando por otro lado el secretario de Gobernación, Francisco Blake, anuncia la presentación de una nueva ley migratoria, apuntó.

Con ese tipo de recursos elementales y primitivos, las autoridades mexicanas se descalifican a sí mismas al entrar en una discusión estéril, cuando todavía no encuentran a los 50 migrantes secuestrados el pasado 16 de diciembre en Oaxaca.

Para Calderón, la cifra de 10 mil plagiados en seis meses puede ser válida, ya que se trata de cálculos basados en testimonios de quienes han padecido secuestros masivos. Si revisamos los números durante cierto periodo, creo que sale hasta más. Es una tragedia y un holocausto migratorio, lamentó.

Fabián Sánchez, director ejecutivo de la la asociación de litigio sobre derechos humanos Idheas, consideró que el gobierno no debería gastar energías en discutir el asunto de la metodología, puesto que en el fondo hay un problema evidente en el cual tendría que concentrar su atención.

Aunque manifestó sus reservas sobre la exactitud de los cálculos de la CNDH, instancia que en todo caso debería tener las 10 mil quejas personalizadas de cada migrante plagiado, como sea la temática es real, y hay que trabajar de manera conjunta para resolverla, incluyendo a los países centroamericanos.

Una de las más graves carencias en este asunto, afirmó, es que no hay datos creíbles para saber cuántos migrantes son secuestrados al año, por lo que es muy difícil determinar si las cifras del CNDH son exageradas o se quedan cortas.