Jueves 13 de enero de 2011, p. 24
La Habana, 12 de enero. Cuba y Estados Unidos reconocieron hoy avances en su cooperación contra la emigración ilegal, pero sin dar señales de que pudieran ampliar la agenda o abrirla a otros temas, reflejando así las limitaciones al diálogo que ha impuesto el caso del estadunidense Alan Gross, detenido aquí hace más de un año.
Delegaciones de ambos países emitieron sendos comunicados, igualmente escuetos, tras reunirse hoy aquí, en la cuarta ronda de conversaciones migratorias bajo el gobierno de Barack Obama.
En Santiago de Chile, el subsecretario de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental, Arturo Valenzuela, dijo que la detención de Gross, desde diciembre de 2009, hace muy difícil avanzar en temas de interés común
con Cuba. En La Habana, la delegación estadunidense pidió la liberación inmediata
del detenido.
A diferencia de las tres rondas anteriores, ninguna de las dos comitivas citó puntos pendientes o propuestas para la agenda migratoria, aunque ambas ratificaron su intención de mantener el mecanismo, destacaron sus resultados y lo consideraron útil.
Gross vino contratado por una empresa por cuenta del Departamento de Estado, para distribuir material de comunicaciones entre particulares. Cuba no le ha fincado cargos pero las autoridades lo describen como agente que actuaba contra los intereses de la isla.
Las delegaciones estuvieron encabezadas por el vicecanciller cubano Dagoberto Rodríguez y la número dos
de Valenzuela, Roberta Jacobson.
Cuba citó como logros la disminución significativa de las salidas riesgosas
y su aportación de pruebas contra traficantes ante tribunales de Estados Unidos. Reiteró que el motor principal de los viajes ilegales es la ley que permite a emigrantes de la isla residir en Estados Unidos con sólo pisar su territorio, aun sin papeles.