La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) exigió al gobierno de Felipe Calderón que deje en paz a las escuelas y busque los recursos para el financiamiento de sus campañas en otro lado. Pidió a la Secretaría de Educación Pública (SEP) sacar a empresas como Bimbo, PepsiCo y Coca-Cola –que apoyan financieramente al PAN– de los planteles y, en su lugar, introducir desayunos escolares y cocinas populares para fomentar una alimentación sana.

Al fijar su postura sobre los lineamientos para regular los productos chatarra en 231 mil escuelas de educación básica en el país, los disidentes se manifestaron por suprimir las tiendas escolares que desde hace tiempo dejaron de ser cooperativas para convertirse en el negocio de unos cuantos.

En conferencia de prensa, el profesor José González Figueroa, fundador de la coordinadora, sostuvo que las nuevas medidas de la SEP y de la Secretaría de Salud son una mascarada para mantener los dividendos de los grandes corporativos, como Bimbo: prueba de ello es que ahora se les vende a los niños múltiples minichatarras y en lugar de gastar en un producto, pueden comprar cinco o 10, con las ganancias que ello implica para las empresas, enfatizó.

Si el gobierno federal no suprime a esta industria de las escuelas es porque existe todo un programa electoral. Es una forma de encubrimiento para hacerse de apoyos para sus campañas políticas, afirmó.

Sergio Espinal, secretario del Comité Ejecutivo Nacional Democrático del sindicato magisterial, señaló que la base alimentaria de la sociedad mexicana cambió a raíz de que el propio gobierno suprimió los apoyos para el campo y redujo el nivel de los salarios.

De manera que la problemática de la obesidad y el sobrepeso encuentra también su causa en la falta de capacidad de ingreso de los mexicanos. Las familias en condición de precariedad sólo tienen para comprar muchos de estos alimentos chatarra, como refrescos y frituras que llegan a cualquier rincón del país, añadió.

Gonzalo King Díaz, de la sección 10, destacó que el Estado mexicano se ha olvidado de su obligación y ha propiciado el cambio hacia una alimentación industrializada.

El mercado se le ha entregado a las tres grandes empresas, Coca-Cola, PepsiCo y a Bimbo, que tan sólo en las escuelas de educación básica tienen a un mercado cautivo de 27 millones de alumnos.

Por lo anterior, la CNTE exigió al Estado asumir su obligación para dotar a los planteles de desayunos, comedores y cocinas escolares, para recuperar los valores de una alimentación saludable.

Por otro lado, la presidenta de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), Consuelo Mendoza, giró un oficio a las escuelas privadas para hacerles saber de la no obligatoriedad de los lineamientos para regular los productos chatarra y pidió a la SEP atender la problemática del bullying escolar, porque los niños obesos son blanco de burlas.