Brisbane, 13 de enero. La ciudad de Brisbane, la tercera de Australia y golpeada por las peores inundaciones en décadas, que han dejado al menos un fallecido, ofrecía un paisaje de desolación este jueves, con 30 mil viviendas dañadas. En total, las inundaciones que afectan al país desde hace mes y medio han dejado al menos 24 muertos, según las autoridades.

Las personas desalojadas de sus casas los dos últimos días intentaban evaluar los daños, unas horas después de que las inundaciones alcanzaron su máximo nivel, al amanecer de este jueves.

Este día, la oficina meteorológica de Australia pronosticó una tormenta que comenzó a formarse en el Mar de Coral, en la costa más cercana a Brisbane, que podría convertirse en ciclón dentro de las próximas 24 o 48 horas.

Brisbane y sus 2 millones de habitantes parecían haber evitado lo peor porque ese pico era más bajo de lo que se temió en un principio. El río Brisbane tuvo una crecida de 4.46 metros respecto de su nivel normal.

Pero el alivio relativo estaba ensombrecido por la visión de los desperfectos registrados por las viviendas y los edificios históricos de esta ciudad, capital del estado de Queensland, en el noreste. Esto necesitará unos esfuerzos de reconstrucción dignos de la posguerra, declaró la primera ministra del estado, Anna Bligh.

Las inundaciones más graves hasta ahora, en 1974, habían costado 14 muertos en la ciudad de Brisbane. El agua llegó a subir entonces a 5.45 metros, uno más que ahora. El río Brisbane empezaba a bajar lentamente este jueves.

En la ciudad, unas 12 mil viviendas estaban completamente inundadas, algunas con agua hasta el tejado, y 13 mil 700 parcialmente bajo el agua, según las autoridades. Unas 5 mil empresas también sufrieron daños.

Bligh admitió de que muchas personas desalojadas podrían nunca recuperar sus casas. Creo que nos tenemos que preparar para eso. Cuando la gente regrese a casa, algunos van a descubrir que no son habitables, declaró.

Brisbane es la última ciudad afectada por las inundaciones que castigan el noreste de Australia desde finales de noviembre, las que han transformado la mayor parte del estado de Queensland en una zona de catástrofe cuya superficie duplica la de Texas.