Son muy difícil de identificar
, señala directivo de sistematización del Banco de México
La nueva metodología se aplicará en la primera quincena de este mes; se publicará el día 24
Sábado 15 de enero de 2011, p. 22
Pagar las deudas bancarias por préstamos al consumo requiere una mayor parte del ingreso de los hogares, en comparación con los créditos hipotecarios. No obstante, la nueva medición del Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), que comenzó a ser utilizada este año, no incorpora el costo que cubren las familias por los servicios financieros, como tampoco toma registro de los crecientes recursos empleados, por quienes pueden pagarlos, para su seguridad personal.
El Banco de México reconoció la complejidad de incorporar en la medición de la inflación el costo de los servicios financieros y la seguridad personal.
Es un costo muy difícil de identificar
, aseguró José Antonio Murillo, director de sistematización de información económica del Banco de México, respecto de la exclusión en el INPC, el indicador que mide la inflación, de los pagos que hacen las familias por los servicios financieros.
Este año el Banco de México comenzó a medir la inflación a partir de un actualizado INPC, básicamente para incorporar los cambios en los patrones de consumo de las familias durante los últimos años. La última actualización se había hecho en 2002. Y el primer dato que se conozca con la nueva medición corresponderá a la primera quincena de enero de este año y será publicado el próximo día 24.
Para la medición de la inflación el Banco de México se basa en la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH), un documento que registra precisamente en qué gastan su dinero las familias mexicanas y que es elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Las ENIGH son levantadas cada dos años y el nuevo INPC incorporará la información obtenida en el ejercicio de 2008.
La nueva base del índice de precios refleja los cambios en los patrones de consumo de la población de los años transcurridos desde la última actualización, explicó José Antonio Murillo en una entrevista con La Jornada. Lo ocurrido es que las familias destinan un mayor gasto a vivienda, un hecho que se explica por el impulso dado a la adquisición de este tipo de bien con programas de crédito apoyados por el gobierno; y también que cada vez se gasta más, como proporción del ingreso total, en telefonía y, más al detalle, en telefonía móvil, explicó.
Pero no se incorporó entre los 83 mil 500 productos y servicios cuyo precio el Banco de México sigue semanal (como es el caso de los alimentos) o quincenalmente los relacionados con los servicios financieros, aun cuando cada vez más personas recurren a las instituciones bancarias, como resultado también de una política impulsada desde el gobierno para ampliar la base de usuarios, lo que se ha dado en llamar bancarización
.
En México circulan alrededor de 25 millones de tarjetas de crédito y por cada una de ellas los bancos cobran al menos una anualidad.
Al cierre de 2009, el servicio de la deuda de crédito al consumo requirió 1.4 por ciento del ingreso disponible de las familias y del hipotecario 1 por ciento, de acuerdo con el Reporte sobre el sistema financiero publicado por el Banco de México en noviembre de 2010.
En el INPC, tanto en el que se utilizó hasta diciembre pasado, como el que comenzó a ser empleado este año el único servicio financiero incorporado es el de seguro de automóvil, explicó José Antonio Murillo. Otros costos que pagan los consumidores por utilizar servicios financieros no son captados por la ENIGH, aseguró.
Sería muy difícil la verdad de las cosas de cotizar cuál es el costo implícito en el servicios financiero que la mayor parte de las agencias estadísticas no lo incorporan
, comentó. Se tendría que afinar mucho más la forma en que se elabora la ENIGH y yo creo que son cosas que la misma gente, ya en la práctica, cuando haces el cuestionario, le sería muy difícil desentrañar la parte del costo
–La anualidad de las tarjetas de crédito es un precio que pagan los usuarios.
–Ese es un costo que sería muy fácil de identificar y hay algunos que son más. Pero por ejemplo, la anualidad de la tarjeta de crédito. En algunos casos, al pagarla el banco da una cena, o una cortesía o reembolsan 1 por ciento de lo consumido. Entonces, el neteo del verdadero costo sería muy difícil, porque tiene ya un descuento. Se vuelve un cómputo que podría ser muy impreciso y eventualmente desviar de cuánto es verdaderamente el gasto. La inexactitud que traería eso sería mayor el costo que el beneficio.
–En el plano internacional ¿el costo de los servicios financieros se incorpora en algún país a la medición de inflación?
–Hay distintos casos en que se pueden seguir elementos, por ejemplos los seguros. Pero por ejemplo en la ENIGH preguntan cuánto gasta en un seguro de vida que es capitalizable. Ahí no es apropiado porque ese no es un gasto sino un ahorro.
–Los servicios financieros representan un gasto para las familias. ¿Sería relevante incorporarlo a la medición de la inflación?
–A nivel teórico, cualquier cosa que ayude a aumentar la precisión es el ideal al que aspiraríamos. En el camino de llegar al ideal hay muchas cosas que son dificultades prácticas. Por ejemplo, en el costo de vida hay muchas cosas que cambian en todo momento. En el caso específico de los gastos en servicios financieros, el gasto no como la comisión total, sino netear la erogación pensaría que es relativamente reducido. La mayor parte de las agencias estadísticas encuentran las dificultades prácticas de derivación del ponderador.
–¿Ocurre lo mismo con la seguridad personal?
–Esos gastos sí están en el INPC. La forma de verlo es el consumo. En la ENIGH se pregunta por cuotas de vigilancia, los gastos en cuotas de vigilancia, ese es el gasto que se considera. Y dentro del INPC es un rubro que tenemos en otros servicios para el hogar
.
–¿Cuotas de vigilancia para seguridad en los conjuntos habitacioanles donde viven las familias?
–Se refiere en general a la vigilancia del edificio. El INPC recoge la información de familias, solamente el consumo de familias.