Lapuente y Brailovsky: de las palabras a los hechos
a semana empezó mal para Manuel Lapuente y pudo terminar peor, hasta que el uruguayo Nicolás Olivera firmó uno de los mejores goles de su carrera y rescató milagrosamente un empatito que servirá al veterano técnico para mantenerse en una banca caliente.
El entrenador, tal vez sin analizar bien sus palabras, aseguró sin sombra de dudas que está al nivel de entrenadores como Josep Guardiola y José Mourinho. La declaración se suma a lo que presumió el torneo anterior, cuando dijo que el América defendería como el Inter y atacaría como Barcelona.
Los dichos no pasarían del plano anecdótico de no ser por el ínfimo nivel que muestran las Águilas. Si en la derrota ante Pachuca hablaron de un robo arbitral –palabras por las que este lunes será sancionado Michel Bauer–, contra Jaguares no hubo pretextos para justificar una pobre igualada a dos goles, y sólo hasta que el rival estuvo en inferioridad numérica.
Para Chivas el panorama luce menos sombrío. Han rescatado dos empates de visitante, aunque el rendimiento no es el esperado por sus seguidores, que el próximo sábado podrían dejar otra vez en calidad de elefante blanco al estadio Omnilife.
Y mientras Jorge Vergara se ilusiona para no seguir siendo desairado por la afición del cuadro tapatío, el empresario se unió al sentir general y dio un ultimátum a Alberto Medina y Adolfo Bautista, a quienes les sobra futbol pero les falta entrega, por decirlo así.
Vergara les advirtió que este será su último torneo para que demuestren calidad o saldrán del Guadalajara. Y por lo visto en este inicio de temporada el Venado y el Bofo viven sus últimos meses con el uniforme más querido del país.
Otro que tampoco puede sentirse confiado en su puesto es el nuevo presidente del chiverío, Rafael Ortega. Extraño caso el del ex jugador apodado Atotonilco: realizó una carrera académica y es actualmente el médico más reconocido en problemas de rodilla. Ortega, sin presunción, califica como un don su capacidad para sanar lesiones, lo que le hará mucha falta para echar a andar a unas Chivas que dependen en gran parte de los apáticos Medina y Bautista.
El futbol mexicano –irregular o competitivo, como se le guste ver– tuvo esta semana a Cruz Azul como su mejor ejemplo. Luego de golear a Estudiantes, pasó a ser exhibido por el Atlante. El chileno Waldo Ponce inició su primer duelo como titular y lo hizo con el pie izquierdo, al anotar el autogol que abrió el triunfo de los Potros. Después otro refuerzo, Hugo Droguett, cometió el penal que sentenció el 3-0.
Más allá de las playeras, da gusto que un equipo modesto como los azulgranas se imponga a una nómina tan poderosa como la celeste, además de que Miguel Herrera demuestra que hay técnicos ideales para determinado equipo. En poco tiempo, el Piojo ya reflejó su mano táctica en sus añorados Potros.
Increíble lo que sucede en Necaxa. No cabe duda que Daniel Brailovsky es un estratega que se sabe vender o de plano Televisa desea que los Rayos regresen a la Liga de Ascenso.
El Ruso, quien fue un habilidoso y veloz mediocampista, suma nueve derrotas en 13 partidos al frente de los rojiblancos, cinco de ellas consecutivas. Pero no sólo los números, también el rendimiento del equipo es pésimo y ante Tigres a duras penas pasaba de la media cancha.
Brailovsky es extraordinario en sus pizarrones televisivos, pero no lo demuestra en la práctica y se sostiene quién sabe por qué extraña relación dentro del consorcio de Chapultepec 18.
Para beneplácito de sus fieles y sufridos seguidores, Atlas se instaló como superlíder. Su triunfo sobre Querétaro, en duelo clave por el no descenso, fue por el olfato goleador de Alfredo Moreno, quien con gran sentido de la portería desvió con la cabeza un disparo de Édgar Pacheco.
El campeón sufrió su segundo revés al hilo, pero no parece suficiente para alarmar al tratarse de un técnico como Víctor Manuel Vucetich y de un plantel como Monterrey, calificado esta semana como el más caro del futbol nacional.
