Miércoles 19 de enero de 2011, p. 26
Río de Janeiro, 18 de enero. El mayor desastre natural de la historia de Brasil cumple hoy una semana con un saldo que se elevó ya a 702 muertos, al menos 15 mil damnificados y un número incierto de desaparecidos por las intensas lluvias quer arrasaron la región serrana de Río de Janeiro.
De acuerdo con las últimas cifras oficiales, en siete ciudades del estado de Río de Janeiro se han registrado víctimas mortales: Teresópolis, Petrópolis, Nova Friburgo, Sao José do Vale do, Río Preto y Bom Jardin, pero aún hay otras diez poblaciones aisladas a las que no se ha podido llegar, explicó Luis Antonio Pinto Machado, responsable de las operaciones de rescate aéreo.
Además del escenario de guerra y destrucción sobre una amplia región de uno de los estados más ricos del país, algunos sobrevivientes, padres y madres de niños desaparecidos durante las tormentas, temen que sus hijos sean entregados de forma ilegal a otras familias.
El temor tiene su origen en rumores de que algunos niños han sido retirados de los refugios en forma clandestina, y por el hecho de que existen albergues para niños que no son controlados por la prefectura.
Además, la ayuda humanitaria a las víctimas, en la que están involucradas cientos de personas y organismo gubernamentales, se vio empañada por la sombra de corrupción, tras denuncias de desvíos de donaciones.
En Brasilia, en tanto, un hombre con presuntos problemas mentales derrumbó hoy con su vehículo el portón principal de la residencia oficial de la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, pero fue detenido por la guardia de seguridad tras realizar disparos.
La policia dijo que el individuo, que no supo explicar el motivo de su acción y dio declaraciones incoherentes
enfrentará cargos de violación de la propiedad, desobediencia, resietencia a la autoridad y daños calificados. La presidenta Roussef no se encontraba en el Palacio de la Alvorada, pues se aloja hasta febrero en la Granja do Toro, otra residencia oficial en Brasilia.