Dimiten el presidente y el premier al partido del derrocado Ben Ali
Abandonan el gabinete cuatro ministros, tres de ellos de una central sindical
Miércoles 19 de enero de 2011, p. 27
Túnez, 18 de enero. Miles de personas se volcaron hoy a las calles en Túnez en demanda de la renuncia del gobierno de unidad
, al que cuestionaron estar integrado por miembros del partido Reunión Constitucional Democrática (RDC), del derrocado Zine Abidine Ben Ali, y fueron violentamente dispersadas por las fuerzas militares.
En un intento por evitar el colapso del gobierno, el presidente interino Foued Mebazaa y el primer ministro Mohammed Ghannouchi abandonaron las filas de RCD, mientras cuatro ministros del flamante gobierno de unidad nacional renunciaron ante la presencia en el mismo de allegados al dictador derrocado el viernes pasado, tras casi un mes de protestas populares contra el alza de precios en los combustibles y los alimentos, así como por la corrupción y el creciente desempleo.
Los primeros en anunciar su dimisión al gobierno de unidad fueron Husín Dimasi, titular de Trabajo; Abdeljelil Bedui, ministro sin cartera, y Anuar Ben Gueddur, secretario de Transportes, pertenecientes al sindicato Unión General de Trabajadores Tunecinos, en protesta por la incorporación de figuras del antiguo régimen.
A ellos se unió Mustafá Bne Jaafar, ministro de Salud, al anunciar que suspendía su participación
en el gobierno interino.
Más aún, RCD anunció haber expulsado de sus filas al derrocado mandatario y a seis de sus más estrechos colaboradores, por la investigación que tiene lugar en el partido ante los graves acontecimientos que sacudieron al país
durante las últimas semanas.
Cambios cosméticos
Ghannouchi defendió a su gobierno, cuya composición se anunció el lunes tras intensas negociaciones con partidos opositores y representantes de la sociedad civil, y señaló que conservó a varios ministros de Ben Ali porque son necesarios para preparar las elecciones, previstas en seis meses más.
En entrevista con la radio francesa Europe 1, el primer ministro reiteró que los encargados de Defensa, Interior, Hacienda y Relaciones Exteriores de Ben Ali continuarán en el nuevo gabinete.
Esta decisión desencadenó de nuevo protestas en el país magrebí. Miles de tunecinos volvieron a salir a las calles para manifestar su repulsa contra la permanencia de esas figuras en el gobierno.
Unas 5 mil personas se manifestaron durante la jornada en la central ciudad de Sfax.
Las fuerzas policiales dispersaron con gases lacrimógenos y porras a decenas de manifestantes que protestaban en la avenida Habib Burguiba, en el centro de la capital. En otros puntos, unas 20 protestas y concentraciones espontáneas contra el nuevo gobierno también fueron disueltas por las fuerzas antidisturbios.
También hubo protestas en Sidi Buzid, la región donde empezó el 17 de diciembre la movilización popular después que un joven de 26 años se inmoló cuando la policía le confiscó las verduras que pretendía vender en la calle.
Este gesto inspiró a disidentes de otros países árabes: dos casos se produjeron hoy, uno de los cuales se saldó con la muerte de un desempleado de 25 años, Ahmed Hashem Sayyed en Egipto. En total las inmolaciones en Túnez, Argelia y Mauritania causaron ocho heridos y dos muertos.
En Yemen, la policía dispersó con gases lacrimógenos a centenares de personas que coreaban eslóganes en favor de Túnez en la Universidad de Saná.
En Marsella, sur de de Francia, un adolescente intentó, por motivos desconocidos, quemarse en un establecimiento escolar privado y fue trasladado al hospital en estado grave, en lo que parece una imitación de lo ocurrido en Túnez.